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Voto de Cinéfilo de mierda:
9
Drama. Ciencia ficción Ash, el novio de Martha, es un adicto a las redes sociales, lo que determinará su vida cuando se produzca un trágico suceso. Primer episodio de la segunda temporada de la miniserie "Black Mirror" creada por Charlie Brooker. (FILMAFFINITY)
28 de abril de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin ánimo de hacer clasificación alguna, debo decir que “Be right back” es uno de mis capítulos favoritos de “Black Mirror”. Sirvió de apertura de la segunda temporada, y confirmó que Charlie Brooker aún tenía muchísimas cosas que decir tras el éxito de la primera. La gran pregunta es si este capítulo puede sostenerse tras todo lo que hemos visto: de ese 11 de Febrero de 2013 nos separan quince capítulos que, además, han decidido meterse de lleno en el terreno de lo social y dejarnos sensaciones muy potentes. La respuesta, de todos modos, es “sí”.
Para las personas de memoria volátil, diré que este es aquel capítulo en el que el marido de la protagonista fallece. No quiero ahondar mucho más pues quiénes lo hayan visto YA sabrán de cuál hablo y quiénes no, deberían descubrirlo solos. Como he dicho antes, Booker todavía no estaba -totalmente- enfadado con el mundo y prefería explorar individuos sin la necesidad de destrozarnos sin piedad. “Be right back” no nos crítica por el mal uso que hacemos de las nuevas tecnologías: “únicamente” nos golpea en la cara con la cruda realidad, para que no olvidemos que NO SOMOS dioses. Cuándo termino de ver este capítulo no tengo ganas de acabar con la estupidez de mi existencia. Todo un detalle por su parte.
Si nos ponemos pragmáticos, es importante señalar que hay un par de personajes que no pintan demasiado -y, a grandes rasgos, eso supone la mitad del reparto-. Por otro lado, la pareja protagonista, que es donde hay chicha, está representada a la perfección. No solo durante la primera parte son capaces de transmitirnos el cariño que se tienen, sino que conforme se va desarrollando la historia van evolucionando de una manera muy natural gracias, en parte, a un guion conciso a la par que coherente.
La dirección de Owen Harris, que repitió con el maravilloso “San Junipero”, sabe aportarle a la historia. Tiene un marcado tono independiente que resulta encantador, y le cede gran parte del protagonismo al trabajo actoral. Es cierto que puede pecar de impersonal, pero es en esa objetividad y en ese aire casi robótico dónde reside parte de su encanto. Por otro lado, la obra nos deja momentos que, sin ser impactantes por su contenido en un sentido estricto, gozan de una carga emocional altísima que conseguirá que nos impliquemos enormemente con lo que sucede. Concretamente, la construcción del clímax merece un gran aplauso, acelerando vertiginosamente el ritmo y la intensidad de la narración sin resultar forzado o artificial. De los mejores momentos de toda la serie.
“Be right back” es una muestra del potencial de Charlie Brooker, y esta afirmación va más allá de la propia ejecución del capítulo. Es muy comentado que la tecnología presentada en él ya se encuentra, con muchas comillas, disponible; remarcando el carácter premonitor del autor. Es lo bueno y lo malo de “Black Mirror”: que sirve de crítica, de moderadora y, al mismo tiempo, de escaparate.
Cinéfilo de mierda
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