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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
1
Comedia. Drama A sus 38 años, Eva teme que su reloj biológico esté a punto de pararse para siempre, pero su novia Kat no quiere que un recién nacido altere la existencia libre y despreocupada que viven ambas en un barco en los canales de Londres. Cuando Roger llega de visita desde Barcelona, Eva no solo ve en él al mejor amigo de su novia, al mejor aliado emocional imaginable, sino también a un potencial donante. Y para sorpresa de Kat, a Roger le ... [+]
10 de diciembre de 2017
33 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Querido lector, casi que te ruego encarecidamente que no leas esta cosa, es muy larga y pesada y confusa y rara, y no sirve, además, para nada, para hacerse sangre mala)
Toda expresión artística es en buena medida propaganda, y deseo de hacer dinero, y afán creativo o desahogo, sin duda. Esos tres factores son fundamentales y están directamente relacionados entre sí de manera crispada y (casi) indistinguible, en tensión constante.
La clase dominante trata de imponer sus ideas a la clase dominada. Y para ello necesitan intermediarios, esbirros o lacayos, gente que haga el trabajo sucio por un plato de lentejas. En el mejor de los casos de manera no violenta, recreativa, jocosa, instructiva. Para eso sirve el arte. Es el medio de filtración que tiene el poder. Y los artistas lo saben, o lo sienten. Reciben presión, indirecta a través del aire que respiran cada día, bombardeo constante de todos los emisores, represores y/o aleccionadores con voz y voto, y directa en forma de los canales que necesitan para poder expresarse y llegar al gran (o menor) público. Dependen de sus patrocinadores, mecenas, instituciones o estados, autonomías, alcaldías, pedanías... para poder crear, ya sea en su inicio, durante el desarrollo o en la distribución final. De ahí, que a mayor necesidad económica, más expuesta estará la obra a la obligación de difundir las ideas de los que mandan o ponen la pasta. Por eso el cine es un ente tan frágil y susceptible de ser utilizado, por su gran coste.
Idéntico mecanismo el de la política, es también intermediaria entre el poder y el pueblo y es una representación ridícula, ya que en realidad no son más que actores mediocres recitando un texto mal escrito a sabiendas de que todo es mentira, y qué importa. La política es puramente utilitaria, renuncia al concepto estético, de ahí su gran tedio como simple entretenimiento. Aunque hay o haya excepciones ocasionales o picos de interés. Este último esperpento, para variar, catalán ha tenido sus días gozosos, momentos gloriosos en su grotesco ridículo espectáculo. Pero ya pasaron y ahora aburren a los muertos, tratan de reeditar un éxito caducado, se repiten más que el ajo.
Y podemos decir algo parecido de la publicidad. En su caso es el factor económico el fundamental.
Un ejemplo cinematográfico-histórico de obvia propaganda: segunda guerra mundial, cine USA; antes de la participación norteamericana en la contienda: cine pacifista; después: cine activa, felizmente bélico.
O el arte religioso durante la era teocrática en Europa o el proletario y ateo en la Unión Soviética. O España y la recuperación durante la posguerra de las grandes gestas del clero o de las figuras más rimbombantes y señeras del imperio.
Pero no todos los creadores son igual de corruptos o íntegros, de negados o talentosos, de serviles o valientes. Algunos son o fueron capaces de trascender la propaganda. Sin ignorarla ni despreciarla, por supuesto, o sí, los hay muertos de hambre, grandes genios incluso, que se cagaron en todo, en lo más laico o sagrado.
Antes de empezar la película ponen algún anuncio. Me llama especialmente la atención uno. Parece que venden algún móvil o cualquier maravilla parecida relacionada con ese invento tan glorioso. Salen varias estrellas, Bibiana Fernández, Paula Echevarría..., diciendo lo fabuloso, alucinante e increíblemente dichoso que es ser mujer y las muchas posibilidades y libertades que esa deslumbrante condición te otorga. Recordad que solo querían vender un móvil.
Spoiler.
Comienza la película.
Dos mujeres. Lesbianas. Estupendas. Se aman. Un gato muerto. Un chico tonto. Una barcaza. Un río que nos arrulla. Y una canción que acompaña melosa.
Chaplin quiere tener un bebé (a gato muerto, niño puesto). Bien. Se monta la de Dios es Cristo: se produce un elevado y animado debate intelectual, moral y sentimental, es decir, borrachera copiosa, carrera fogosa y llorera generosa. Tras esta bonita y larga reflexión, no hay dudas, habrá hijo. A pesar de que a Tena parece molestarle y a Verdaguer importarle un pijo.
Muchos momentos la mar de graciosos. De no parar de reír de lo ingeniosos, abundantes y esmerados que son. Para morirse. El mismo cielo.
Escatología. A ver, no hay que pecar de cursi, pacato, hipócrita o reprimido, dios nos libre, hay que asumir con toda la tranquilidad del mundo que nada humano nos es ajeno, que las necesidades fisiológicas son lo primero, pero... ¿solo eso? Vale, tenemos una juventud que nos ha salido un poco lerda, pero los buenos muchachos, digo yo, también hablarán de otras cosas, no sé, de fútbol, películas, del tiempo, series, libros, amigos, chismes... Nada. Grosería. Por ejemplo:
- Oye, tu barba parece un coño.
- Tu coño me huele/sabe a chocolate.
Paja del chico.
- Mira la mierda de ella y cómo sale de bien y el olor tan bueno que tiene.
- Vamos a follar y estás mirando mi cagar.
Paja.
- ¿Qué prefieres, los pedos que huelen los demás o los pedos que hueles tú?
- Dejé que me metiera la polla en la boca cuando estaba borracha (novedad). No fue buena idea.
Paja. Borrachera.
Así la mitad de la película entre coños, mierdas, pollas, pajas, alcohol y humor del bueno.
Ahora toca ponerse serios. No creáis que nos habíamos olvidado de la estructura de guion de primero de carrera. Sí, crisis, reconciliación, crisis, reconciliación..
Que me dan los siete males y no puedo tener el hijo. Que me enfado y me largo. Que me visitas y te (a)juntas y acabamos todos con el niño venidero.
Es decir, ideología dominante (el poder logra el objetivo cuando consigue que sus súbditos sientan que las ideas que les son inoculadas les pertenecen y que son las mas ajustadas a sus intereses y además a cierta rebeldía equivalentes. Cuando conversan con la madre, esta les aconseja como mejor opción un donante anónimo -que al final es lo que hacen, manda huevos-, y aprovecha también para recordar sus tiempos heroicos de esplendor en la hierba y gloria en las flores en los que compartían con alegría ladillas y costras genitales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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