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Voto de Vito Corleone:
8
Drama. Romance Año 1851. Ada, que es muda desde niña, acaba de enviudar. Un matrimonio concertado la obliga a dejar su Escocia natal y viajar a Nueva Zelanda, acompañada de su hija y de su piano. Allí conoce a su futuro marido, un próspero granjero que se niega a llevar a casa el piano. Abandonado en la playa, el instrumento será rescatado por un vecino que establece un extraño pacto con Ada: él la dejará usar su piano a cambio de que ella se deje tocar. (FILMAFFINITY) [+]
5 de abril de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Ada desembarca en Nueva Zelanda junto a su hija, descubre horrorizada que no le dejan llevar su piano, y el mismo queda abandonado en la playa. Se ha casado con un hombre que no conoce ni ama, Alistair, un granjero poco sensible a las inquietudes de su nueva esposa. Quitarle el piano a Ada es quitarle la única forma que ella conoce para expresarse (es muda). Por eso no duda en pedirle a George, un aventurero vecino de Alistair, que la lleve a la playa.

Cuando George oye tocar a Ada a la orilla del mar, queda como eclipsado por la belleza de su música. Esa mujer de apariencia fría y distante es pura emoción con su instrumento. A partir de ahí decide quedarse con el piano, ofreciendo a Alistair unas tierras para completar la transacción. Algo que enfurecerá enormemente a Ada...

La directora Jane Campion escribe y dirige esta historia de emoción y soledad que fluye como un poema. Cuando la hermosa partitura que es su banda sonora no se oye (una de las melodías más bonitas de la historia del cine) solo queda el ruido del mar y de las hojas. Campion crea una potente figura femenina, aparentemente frágil, que descoloca a los dos hombres a los que se enfrenta. Los hace torpes. Ninguno de los dos sabe como ganar su corazón si no es por medio del soborno o la fuerza. Pero Ada demostrará que también es humana, y por lo tanto tiene pasiones.

Y aquí hay que hablar de Holly Hunter, porque ella es "The piano". Esta enorme actriz, a la que no le hace falta hablar para hacernos estremecer, lleva sobre si todo el peso de la película. Y eso que cuenta con secundarios de lujo: tanto Harvey Keitel como Sam Neill engrandecen aún mas la actuación de Hunter. Mención aparte merece Anna Paquin, en un personaje que capta toda la complejidad de su edad.

Para el recuerdo queda aquella escena en la que George descubre un hueco de piel en la media de Ada (una especie de oasis entre tanta frialdad), un brillante retrato de época (a George le basta ver un brazo desnudo para exitarse) y un escenario de soledad. Y la certeza de una tragedia inminente que dará origen a una de las imágenes mas desgarradoras que recuerdo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vito Corleone
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