Creo que esta es una de las películas más sobrevaloradas que he visto nunca. Recuerdo perfectamente cómo mis amistades y la crítica profesional la ensalzaban. Va de una señora con una hija que abre una chocolatería en un pueblo. Un escándalo que no tenga un hombre a su lado. Pese a lo goloso del negocio, el cacique del pueblo prefiere que todo siga como hasta el momento, sin ningún tipo de novedad, conservadurismo extremo, y así lo hace saber a los habitantes del pueblo, para que no entren en esa tienda.

La chocolatería no sólo servirá para aumentar la diabetes de los que se atreven a entrar, si no que pasarán por ella una serie de variopintos personajes descontentos con su vida actual, y con los usos y costumbres impuestos por ese conservadurismo de los pueblos de antaño, y que quieren algo más en sus vidas.

Sólo pude verla hasta la mitad, pero luego no tuve ningún interés en retomarla.