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España España · VALENCIA
Voto de GAINSBOURG:
6
Drama Dos niños griegos que buscan a su padre emprenden un viaje hacia Alemania, durante el cual encontrarán el bien y el mal, la verdad y la mentira, el amor y la muerte, el silencio y el verbo. (FILMAFFINITY)
8 de agosto de 2006
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es cine, en el cine, la imagen debería contar como lenguaje y sobretodo en su otra acepción, cosa que se tiende a olvidar o se infravalora hasta la nulidad tanto visual como en el ámbito textual en relación a la interconexión o adaptación de imágenes en texto o a la inversa, piedra angular de la que se acaba alimentando la historia. Me interesa, a veces emocionándome hasta honduras insospechadas, que la imagen, que una escena, en este caso por sí misma, en base a su capacidad poética alcance tal maravillosa posibilidad, tanto mediante la conjunción o el contraste de determinados elementos con gran capacidad de evocación, estrictamente por sí mismos o amplificados sensacionalmente gracias a la profunda relación en el contexto donde se integran. Los dos niños en la puerta de la estación enmarcados en un ambiente grisáceo y triste y de pronto, lentamente aparece el sol, una fuerte luz amarilla, cargada de esperanza en forma de monos de trabajo de operarios de ferrocarriles. Emoción versificada y delimitada casi por sí misma, pero perfectamente alentada por la contraposición lumínica que establece con respecto a tantos acontecimientos, hasta ahora, veladores sombríos de ese horizonte que luchaba por escapar hacia la esperanza.
Resolver de manera natural una escena a través de una imagen puramente poética que no chirríe, como el director consigue con los niños corriendo a través de, tanto, transeúntes como policías, paralizados por ver la nieve caer, llegando a trascender emocionalmente la escena al mismo tiempo, es digno de elogio.
Que se me vaya contando la historia tanto de forma fáctica como emocional en confluencia con dichos estados, me interesa, siempre que se avance en la pretensión, que no se estanque, atragante, que además la emoción, aunque sea a través de la historia, se consiga aún a intervalos, que, en definitiva, al no decaer de manera ostensible, puedas seguir aprendiendo a ver poesía tanto a través de las escenas cotidianas que con mayor facilidad se prestan a ello como en las de mayor crudeza, cuya dureza y tratamiento del sufrimiento más profundo en el sentir de una niña, provocan, amén, de no ser olvidado, una firme intención de que se siga indagando y denunciando las causas que incitan a ello.
Hubo momentos que se me hicieron, un tanto largos como algo farragosos, tal vez la intención, en estas ocasiones, no se concretó, plasmó tanto en el intelecto como en el corazón con mayor profundidad dramática o lírica, que nos permitiera seguir meciéndonos en su melancolía. Pero, en general, pude disfrutar de los agarraderos necesarios a lo largo de toda la historia que necesitaron las crisálidas versiculares para sostenerse en su aflorar poético.
GAINSBOURG
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