Media votos
8,0
Votos
713
Críticas
625
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Juan Marey:
8
1 de diciembre de 2013
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Singular película realizada para la mayor gloria de su protagonista, Mae West. La West era todo un personaje fuera y dentro de la pantalla, la fórmula de su éxito era hablar del sexo sin dobles morales, directamente, riéndose a carcajadas de los hombres, era la reina del doble sentido con frases absolutamente memorables. Se alejaba de todos los prototipos existentes: no era bella, iba toda ella barroca, con kilos de maquillaje, tenía más que curvas digamos que un cuerpo amplio, rubia de platino exagerado, era digámoslo la reencarnación de la mujer vulgar pero tremendamente sexual.
En “No soy ningún ángel” se convierte en Tira, una estrella del mundo del circo, una domadora de leones… y de todo tipo de hombres que pierden la cabeza por ella. No hace ni falta decir que la auténtica protagonista del film es la West, toda la trama gira en torno a ella, apareciendo en, creo, todo el metraje, realiza una gran interpretación, es graciosa y descarada, y eso hace que te diviertas viéndola.
Una comedia romántica de las que ya no se hacen, con conversaciones graciosas e inteligentes, que no recaen en el chiste fácil, una buena recomendación para pasar un rato agradable y divertido frente a la pantalla. Por cierto, genial la escena del juicio en que ella se convierte en la interrogadora de los testigos y donde se mete en el bolsillo al juez, al jurado masculino y por supuesto al demandado, su amor, el bello Cary Grant.
En “No soy ningún ángel” se convierte en Tira, una estrella del mundo del circo, una domadora de leones… y de todo tipo de hombres que pierden la cabeza por ella. No hace ni falta decir que la auténtica protagonista del film es la West, toda la trama gira en torno a ella, apareciendo en, creo, todo el metraje, realiza una gran interpretación, es graciosa y descarada, y eso hace que te diviertas viéndola.
Una comedia romántica de las que ya no se hacen, con conversaciones graciosas e inteligentes, que no recaen en el chiste fácil, una buena recomendación para pasar un rato agradable y divertido frente a la pantalla. Por cierto, genial la escena del juicio en que ella se convierte en la interrogadora de los testigos y donde se mete en el bolsillo al juez, al jurado masculino y por supuesto al demandado, su amor, el bello Cary Grant.