Hay algo en esta película romántica que no me encaja (y tal vez por ello haya suscitado en mí más momentos de vergüenza ajena que de disfrute): y es que se trata de una cinta para adolescentes, de romance memo y previsible en la que sus personajes se comportan de forma estúpida, caprichosa, ingenua, boba, infantil... ¡PERO EL PROBLEMA ES QUE LOS PERSONAJES TIENEN DE 35 TACOS EN ADELANTE!

Entonces no encaja, no cuadra y sus momentos clave en la trama son frustrantemente ruborizantes. La ingenuidad, inocencia e infantilismo de sus personajes son demasiado excesivos como para resultar creíble. Tenemos a la mala malísima popular del instituto que solo quiere la fama, el chico "popular" pero superficial y poco espabilado, a la pringada y buena gente de la protagonista enamorada del popular... el problema es lo dicho anteriormente: que se supone que los personajes no son adolescentes, son adultos "curritos" y aquí la mentalidad que se nos presenta de ellos no resulta ser esa en ninguno de los momentos.

Para colmo la película no tiene lo que hay que tener para que resulte una comedia romántica estandar rescatable: la química entre los protagonistas es a ratos justita y a ratos forzada, el guión no deja ninguna situación de romance real y natural ni ocurrencias divertidas. La historia se desarrolla de forma rutinaria y demasiado simple, y, aunque es cierto que su ritmo es ligero y resulta llevadera, hay un exceso de situaciones inocentes, simples, dulzonas y forzadas que estropean el goze y credibilidad del producto. Y las actuaciones tampoco son para tirar choetes (el tal Common pone cara de cabreo no solo cuando está cabreado, sino también cuando se supone está triste...al final parace tonto o loco de remate).

Ni siquiera mi adorada Queen Latifah está a su maravilloso nivel de siempre (tal vez porque este papel quinceañero bonachón no va con ella), aunque la verdad es que ella es lo mejor de la película y por lo menos aporta una mínima simpatía al metraje.

Al menos los momentos que no envuelven situaciones claves en el romance no son insufribles, y también regala alguna escena de baloncesto acrobática y algún que otro cameo de estrellas de la NBA como Dwight Howard o Dwayne Wade.

En fin, solo se disfrutará si se toma como lo que es: un romance exorbitadamente inocuo y vulgar que no aporta novedad alguna (y mucho menos calidad). No interesa ver una segunda vez por nada.

Lo mejor: Queen Latifah.
Lo peor: Sus momentos clave son tan púberes, simples y previsibles que producen vergüenza.