Película basada en hechos reales. Quien no conozca dichos hechos, mejor que vea primero la peli y luego se informe, puesto que el film es bastante fiel a lo que sucedió, lo que supone saber el final. Yo la vi sin saber nada de nada y la historia me pegó una sacudida que flipé.

Es una película muy cruda. Lo mejor que puedo decir de ella es que me sumergió de tal modo en su argumento que cuando aparecieron los créditos me costó un buen rato volver a la realidad. Mi vida me pareció insignificantemente banal comparada con lo que acababa de ver. Me sentí diminuta y estúpidamente preocupada por las pequeñeces cotidianas. Me sentí una desagradecida por no apreciar más que soy quien quiero ser. Fui al baño a lavarme los dientes y al mirarme al espejo no pude dejar de imaginar cómo debe ser sentirse ajeno al propio cuerpo, ser un esclavo de la anatomía, de las hormonas; ser un alma atrapada. Por primera vez en mi vida tomé conciencia sobre un tema del que uno cree saber, pero del que en realidad no sabe nada.

No tengo palabras para alabar la actuación de Hilary Swank. La vi como un chico desde el primer momento. Sabía que era ella, he visto muchas veces su rostro en otras películas, pero aquí era indudablemente un chico que, a mí, como mujer, me resultaba atractivo, guapo, sexy. No sé cómo pudo hacerlo tan bien, pero lo hizo.

Puede que a ratos se haga un poco monótona, un poco opresiva; pero es que la ambientación ya da pie a ello, porque el pueblo es horrible. Es la Norteamérica que no se ve en las grandes producciones, fea, desgastada, aburrida, sin ilusiones. Gente atrapada en vidas que odian, gente no es que viva, es que simplemente sobrevive.

Cuando la hayan visto no olviden consultar la historia real en la que se basa. La historia de Brandon Teena.