Cuando una superproducción con un presupuesto de las características de La Isla se estrena en pleno mes de agosto cuando los cines están casi vacíos, es un reconocimiento tácito de que estamos seguramente ante un producto fallido. Un producto en el que se ha invertido mucho, pero que no ha dado los resultados esperados.

La estética publicitaria (en la peor acepción del término) de Bay no sería un gran problema si la puesta en escena mostrara ciertos atisbos de originalidad y, especialmente, si fuera capaz de conferirle al filme un poco de profundidad, de contenidos interesantes.

El director que venía de rodar "Dos policías rebeldes II" parece incapaz de diferenciar la acción de un largometraje de la de un vulgar videojuego.

Como ocurrió con todas las películas de Michael Bay votadas aquí en Filmaffinity, no creo que La Isla llegue siquiera a acariciar el calificativo de "Buena". Para mí se queda entre "Mala" y "Floja".