En los años de la segunda guerra mundial, las mujeres en Italia y en los países latinos eran mas valoradas en su papel de madres que de esposas y de seres humanos integrantes de una sociedad.

Sus derechos se reducían a los que sus padres o maridos les quisieran conceder por lo que sufrían en silencio un auténtico eclipse de libertad y de realización de sus propias personalidades.

Ettore Scola así lo refleja en una película en la que las emociones están siempre presentes, no hay un gran despliegue en el elenco de actores, el buen hacer de Marcello Mastroianni y la personalidad de Sofia Loren son más que suficiente para mantener el telón levantado durante los 105 minutos de la cinta.

Dos seres humanos desconocidos se sonríen, les atrae su mirada pero viajan en trenes que marchan en sentido contrario, pese a todo no se rehúyen.