Arranca un 18 de julio, con una voz en off dándonos una farragosa charla sobre el átomo y sus circunstancias, para a continuación mostrarnos una tienda de electrodomésticos, donde las aspiradoras y demás artilugios se mueven solos impulsados por una desconocida fuerza magnética (como sabiamente descubren los científicos enviados por la policía a investigar el hecho).
A partir de aquí y como consecuencia de un taxi que ha quedado magnetizado después de dejar a un tipo con un maletín en el aeropuerto, los sabuesos encargados del caso, deducen que la clave está en dicho sujeto (en la lista de vuelo ven que es un investigador científico de no sé qué universidad) y que el avión en el que viaja corre peligro de magnetizarse de un momento a otro y estrellarse.
A partir de aquí y como consecuencia del interrogatorio que le hacen los investigadores al moribundo (debido a las radiaciones) científico del avión (de aspecto físico clavaito al Sr. Burns de Los Simpson y para más inri doblado al español por el mismo que dobla a este), ya sabemos en qué consiste el monstruo magnético de marras: cirinio inestable, que al ser alimentado por ondas alfas en un experimento está creciendo sin cesar.
Implosiones, átomos, magnetismo unipolar, leyes físicas, micro vacios y tropecientos términos, supongo que científicos, trufan la totalidad de los diálogos de los sabuesos del cirinio en su intento de anular tan peligrosa masa critica.
Entretenidilla si te la tomas con un poco de humor o estés mínimamente puesto en el tema, e insufrible si lo que buscabas era una película de monstruos de los de toda la vida, aunque debo de reconocer que debido a su corto metraje (70 min) y como curiosidad se la puede echar un visionado.