Sobre gustos no hay nada escrito, por lo que supongo (mejor dicho, me consta) que al contrario que a mí, todas estas tramas tan en boga últimamente (sobre todo cuando vienen del indocumentado junta letras Dan Brown), de arcaicas conspiraciones, búsqueda de pistas varias y clero de por medio les parecerán sumamente atractivas.
A pesar de todo, estando Tom Hanks y Ewan McGregor de por medio, David Koepp metiendo mano al guion y tras leer tanto en las criticas como en las reseñas de la prensa las palabras “trepidante”, “ríos de sangre”, “episodio de “24” con alzacuellos”, "Violento thriller”, “excitante thriller de terror” y alguna que otra más en ese sentido, se me hizo la boca agua y deduje que esta no era el aburrido y pueril castañazo que fue la anterior y que seguramente merecería la pena soportar las tonterías habituales y conspiraciones de crucigrama, para una vez satisfecho ese peaje, introducirme en algo, trepidante, violento y tal y tal.
Pues bien, me la han vuelto a colar a base de bien (2 horas largas), como decía un hombre al que conocí hace tiempo ante la vista de un Seat 850 especial: “- Lo que tenga de especial que me lo cuelguen de los huevos”, eso mismo digo yo, lo que tenga esta película de trepidante que me lo cuelguen de los huevos.
Guion y desarrollo de la trama de vergüenza ajena y en cuanto a los actores, pues eso, poniendo el careto que les diga Ron Howard, y junto con el mismo a cobrar por el blocbuster perpetrado y a otra cosa.