A priori, una historia sobre atracciones fatales a cargo de ex novias pelín trastornadas con Misha Barton en el papel de la trastornada de turno, puede tener un cierto atractivo (mas si está mezclado como en esta ocasión con un toque "Misery 1990"), pero lo cierto es que a medida que pasan los minutos, y tras la factura de telefilm de sobremesa con la que esta rodada la historia, ésta entra en plomizos derroteros que no enganchan ni provocan el suspense necesario en este tipo de producciones; sólo algún estallido musical que otro a modo de banda sonora, situaciones desesperantemente premiosas, absoluta falta de carisma entre el elenco actoral (sólo se salva por los pelos la Barton, ya que Matt Longy y Jessica Stroup sólo aportan sosería) y lo que es peor, ni una pizca de humor negro y muy justa en cuanto a truculencia en las escasas escenas de acción (de gore y demás olvídense).

En resumen, pasable como telefilm de sobremesa y suspenso como el correcto thriller que podría haber llegado a ser.