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España España · madrid
Voto de tiznao:
8
Cine negro. Drama Con sólo catorce años, Tolly ve cómo cuatro encapuchados asesinan a su padre. Veinte años después, su único objetivo es encontrarlos para satisfacer sus deseos de venganza. (FILMAFFINITY)
15 de septiembre de 2009
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tolly Devlin (Cliff Robertson y David Kent en las escenas iníciales de chaval de 14 años), busca venganza de los 4 hombres que mataron a golpes a su padre siendo él un chaval de 14 años y de los cuales solo vio las sombras proyectadas sobre una pared desde detrás del cubo de basura donde se escondía junto a la Sandy, la mujer que vivía con su padre y que era una madre para él, llegando a identificar esta a uno de ellos cuando al huir de la escena del crimen tropieza y desde su escondite le ve la cara, dato que oculta a los encargados de la investigación soltando algo así como “no soy un soplón y ya me encargare yo de los asesinos” desde la parte trasera del coche mortuorio que se lleva el cadáver de su padre y al cual se ha subido de un salto.
Con este arranque de película de venganza por su camino y con Samuel Fuller tras la escritura, producción y dirección, solo queda ponerse cómodo y prepararse para paladear lo que se nos viene encima y que es nada más y nada menos que una de las mejores películas de cine negro (sección venganzas) que he visto nunca, rodada con unos medios y una atmosfera que pese a la modestia de su producción y debido al magnífico blanco y negro de la excelente fotografía obra de Hal Mohr (soberbia utilización de luces y sombras), la demoledora banda sonora a cargo de Harry Sukman (habitual colaborador de Fuller), los secos, duros y descriptivos planos apoyados en un ritmo endiablado, montaje y edición marca de la casa, un Cliff Robertson excelente, encarnando a un tipo duro de verdad que no se para en barras para la consecución de su objetivo (algo así como el Walker de Lee Marvin en “A quemarropa 1967” de John Boorman mezclado con el Macklin de Robert Duvall en “The Outfit 1973” de John Flynn), un guion y desarrollo de la trama (que los tipos que mataron a su padre se hayan convertido en los lideres de una organización mafiosa camuflados bajo el manto de benefactores sociales es todo un acierto) que te atrapa y no te deja respirar hasta el último fotograma y el brillante conjunto de secundarios (a destacar Richard Rust, un tipo con un gran parecido físico a Don Stroud, en el papel de frio y despiadado criminal) hace de esta película una verdadera joya de visión obligatoria (te apuesto 1 euro que si no conocías el cine de Samuel Fuller, tras la visión de esta que nos ocupa, te pondrás manos a la obra con su contundente filmografía).
tiznao
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