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Voto de Pataliebre:
9
7,3
45.297
Drama
Texas, principios del siglo XX. Una historia sobre la familia, la avaricia y la religión. Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) se traslada a una miserable ciudad con el propósito de hacer fortuna, pero, a medida que se va enriqueciendo, sus principios y valores desaparecen y acaba dominado por la ambición. Tras encontrar un rico yacimiento de petróleo en 1902, se convierte en un acaudalado magnate. Cuando, años después, intenta ... [+]
1 de junio de 2008
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vuelta de esos dos genios que lamentablemente se prodigan poco como son Daniel-Day-Lewis y Paul Thomas Anderson prometía ser memorable. Y “There will be blood” será una película que gane con los años hasta convertirse en un clásico del cine moderno, y a mí me gustará mucho más el día en que decida verla en versión original. Ambos se habían ido la última vez con un sabor agridulce con sus últimas películas. Y pese a que Daniel Day-Lewis recibió nominaciones a grandes premios, “Gangs of New York” decepcionó a mucha gente, especialmente a los que esperaban una maravilla de Martin Scorsese, mientras que con Anderson pasó lo mismo, pese a recibir un premio en Cannes, su “Punch-Drunk Love” también se llevó más de una dura crítica que calificaron a su obra de pretenciosa. El regreso de ambos, pese a todo, parecía un bálsamo. La esperaba como agua de mayo ante la ausencia general de buen cine que ha existido en un desastroso 2007, un año a olvidar pese a que excelentes obras como la cinta de Cronenberg lo han mantenido. El resultado final es una obra grandilocuente, excelentemente realizada, excesiva en muchos aspectos. Pero tras su majestuosidad y el uso recargado de aspectos técnicos de su película, se esconde una película en la que Anderson recupera el aroma a cine clásico.
Todo lo que nos cuenta ya se había contado antes, pero en el cine de hoy en el que la originalidad es nula, lo que a uno le interesa es que lo que te cuenten, lo hagan bien. Y Paul Thomas Anderson es un maestro a la hora de narrar. A lo largo de la película, va abriendo y cerrando historias. Y consigue que todas sean fascinantes. Consigues ver como en todas esas historias, con Daniel Plainview y su hijo, con su hermano, con el pueblo, con esa peculiar relación que se establece con Paul Dano, se antepone la historia del personaje que las protagoniza todas. Un hombre al que no le importa nada con tal de llegar a la cima. Si tiene que llevarse a alguien por delante hasta llegar a la cima, lo hace. Si tiene que humillarse haciendo el acto más deleznable y humillante para él con tal de sacar hacía delante sus planes, se humilla. Y evidentemente, con todo lo que acaba sucediendo es normal que lo que clama el título de la película acabe sucediendo. Habrá sangre. Pero esa sangre será fruto del egoísmo, fruto de un personaje que acaba siendo desterrado por todo y por todos, fruto de un hombre que se acaba refugiando en el alcohol y en alejar a las personas que algún día le quisieron.
(sigue en el spoiler)
Todo lo que nos cuenta ya se había contado antes, pero en el cine de hoy en el que la originalidad es nula, lo que a uno le interesa es que lo que te cuenten, lo hagan bien. Y Paul Thomas Anderson es un maestro a la hora de narrar. A lo largo de la película, va abriendo y cerrando historias. Y consigue que todas sean fascinantes. Consigues ver como en todas esas historias, con Daniel Plainview y su hijo, con su hermano, con el pueblo, con esa peculiar relación que se establece con Paul Dano, se antepone la historia del personaje que las protagoniza todas. Un hombre al que no le importa nada con tal de llegar a la cima. Si tiene que llevarse a alguien por delante hasta llegar a la cima, lo hace. Si tiene que humillarse haciendo el acto más deleznable y humillante para él con tal de sacar hacía delante sus planes, se humilla. Y evidentemente, con todo lo que acaba sucediendo es normal que lo que clama el título de la película acabe sucediendo. Habrá sangre. Pero esa sangre será fruto del egoísmo, fruto de un personaje que acaba siendo desterrado por todo y por todos, fruto de un hombre que se acaba refugiando en el alcohol y en alejar a las personas que algún día le quisieron.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ese personaje requiere una sobreactuación. Una palabra que así dicha da miedo. Pero si el personaje cae en manos de ese actor impagable llamado Daniel Day-Lewis todos nos quedamos tranquilos porque siempre realiza interpretaciones excepcionales. Se nota que Day-Lewis vive con sus personajes. Los directores lo moldean a su antojo cuando saben que cuentan con él para que el actor se luzca. La cantidad de primeros planos que aguanta Day-Lewis sin resentirse es impresionante. Ese actor tan larguirucho como delgado es capaz de hacer natural todos los excesos de su personaje. Y a su lado Paul Dano. Nadie aguanta la humillación tan bien como lo hace este personaje a lo largo de 160 minutos. Se establece una lucha, con la religión de fondo, entre esos dos personajes que no son tan diferentes como parecen. Ambos son egoístas, ambiciosos y buscan el poder de cualquier manera. Ambos solo van a sus propios intereses. Y cuando eso pasa, cuando dos personajes en el fondo bastante parecidos buscan lo mismo acaban chocando, enfrentados y terminan por caer en el abismo.
Todo ello con escenas excelentemente rodadas, algunas de ellas me parecen memorables especialmente esos primeros 20 minutos de antología, de auténtico cine, con una dirección artística y una fotografía para el recuerdo y con una música que quiere destacar incluso por encima de la película por momentos. Y lo hace.
Me ha gustado y si vuelvo a verla de nuevo seguramente me acabe fascinando. Como ya venía diciendo tras sus tres primeras obras, P.T. Anderson es el futuro en esto del cine.
Todo ello con escenas excelentemente rodadas, algunas de ellas me parecen memorables especialmente esos primeros 20 minutos de antología, de auténtico cine, con una dirección artística y una fotografía para el recuerdo y con una música que quiere destacar incluso por encima de la película por momentos. Y lo hace.
Me ha gustado y si vuelvo a verla de nuevo seguramente me acabe fascinando. Como ya venía diciendo tras sus tres primeras obras, P.T. Anderson es el futuro en esto del cine.