Cuando en un cine hay aplausos, cuando toda una sala se deshace en vítores, lágrimas o resoplidos de asombro, preocupación o temor, algo se está haciendo bien en esa película. O muy bien.
Vengadores: Endgame es una película que conviene ver sin saber absolutamente nada, así que huyan de los spoilers. Tranquilos: tampoco los van a encontrar en esta crítica.
Se habla mucho sobre si es mejor o peor que Infinity War, su magistral predecesora, sobre si es la mejor película de superhéroes jamás hecha, sobre si es el final que los fans deseaban y se merecían o no. Y la respuesta es no. No es nada de eso, porque es mucho, muchísimo más.
Ahora ya no nos acordamos, pero las películas del MCU no siempre gozaron de tanto prestigio. Las tornas comenzaron a cambiar con la propia Los Vengadores, la primera, y muy especialmente a partir de Winter Soldier (la primera dirigida por los hermanos Russo, la mejor elección de Marvel en toda su saga), pero es justo reconocer que estas películas, estos personajes, han logrado ser adoradas por muchos espectadores a quienes no les seducían esta clase de filmes de superhéroes. Y aunque decir si es la mejor o no debe quedar para cada uno (al fin y al cabo, ya sabemos que el estilo de DC es otro muy distinto al de Marvel, ¿y cómo juzgar si son mejores las películas de Los Vengadores o los tres Batman de Chris Nolan, siendo cintas tan sumamente distintas, en la forma y en el fondo?), hay algo que debería ser obvio para cualquiera, que es que Vengadores: Endgame es una película extraordinaria, maestra incluso, muy al nivel de su predecesora, y quizás uno de los mayores espectáculos que hemos visto jamás en el cine, un auténtico evento cinematográfico.
Cuesta decidir qué es lo mejor: las actuaciones de todo su reparto (atención a Scarlett Johansson, que hacía años que no estaba tan bien, a Jeremy Renner, a Chris Evans o por supuesto a Josh Brolin y Robert Downey Jr, por mencionar sólo algunos), el sensacional humor que derrocha continuamente (atención especialmente a Thor, Ant-Man, Hulk y Rocket), la maravilla visual que es, la música soberbia de Alan Silvestri, el entretenimiento sin freno que ofrece, las mil y una referencias no sólo a las películas de la saga sino también a otras cintas, su originalidad (incluso el tema de los viajes en el tiempo, tan manido en tantas películas previas y series, consigue parecer nuevo, aparte de dar pie a un desternillante gag sobre lo "mal" hechas que están muchas películas de temática similar), los detalles que ofrece (las heroínas juntas ... sin calzador y sin discursos, pero muy bien incluido), cómo encaja todo a la perfección con Infinity War y por supuesto todas las películas previas del MCU... o sería difícil decidir, si no fuera porque hay momentos que son pura épica, casi todos ellos acumulados en la última hora de metraje, que arrancan lágrimas de incluso los que no son fans acérrimos de los personajes y ponen un nudo en la garganta por la enorme emotividad que desprenden las imágenes.
En un determinado momento, Steve Rogers, nuestro Capitán América, habla sobre la necesidad de seguir adelante, de continuar. Así pues, cabe preguntarse, ¿cómo va a seguir adelante Marvel después de esto? Este nivel parece imposible de superar. Por desgracia, seguramente tarde o temprano llegarán los reboots o los remakes, para las nuevas generaciones, para los que hoy son apenas unos niños pero dentro de 10 años tendrán la edad perfecta para ser el objetivo potencial de todas las productoras de blockbusters. Ese día será aciago para los que ya de por vida quedan marcados por estos Vengadores, los originales, pero por ahora toca disfrutar. Y hay mucho que disfrutar.
Iron Man, Capitán América, Thor, Viuda Negra, Hulk, Ant-Man, Black Panther, Guardianes de la Galaxia, Avispa, Capitana Marvel, Ojo de Halcón, Spiderman, Doctor Extraño, Máquina de Guerra, Soldado de Invierno. Todos los demás personajes. Sencillamente perfecta. Una carta de amor a todo el Marvel Cinematic Universe, a los fans y por supuesto a unos personajes tratados con mimo y que son ya parte indiscutible no sólo del corazón de millones de fans, sino dela historia del cine.

Lo mejor: Todo
Lo peor: Nada