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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
7
Thriller. Intriga. Comedia En París, en el barrio de Montmartre, actúa un misterioso asesino que tiene el cinismo de dejar una tarjeta de visita sobre sus víctimas. En un mes ha asesinado ya a cuatro personas. (FILMAFFINITY)
17 de agosto de 2019
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera película que Clouzot dirigió en solitario, es esta curiosa cinta que mezcla una trama detectivesca con comedia, consiguiendo un resultado muy particular.
Basada en una novela de S.A. Steeman, nos cuentan la historia de un asesino en serie que aterroriza a todo París, pues tiene el cinismo de dejar su tarjeta de visita en los cadáveres de sus víctimas, firmadas con el nombre de M. Durand.
El inspector recibe un chivatazo que le hace suponer que el asesino vive en una pensión situada en determinada calle, en el número 21.
Cualquiera de sus ocupantes podría ser el asesino y decide infiltrarse en la pensión disfrazado de cura.
Hecha en plena segunda Guerra Mundial, con poco presupuesto, el comienzo de la película tiene un gran arranque en el que vemos uno de los asesinatos en las calles de París.
También cabe destacar cómo, con gran sentido del humor y pericia narrativa, nos muestra a través de deslizamientos de cámara, las amenazas que desde instancias superiores de la policía, van vertiendo en riguroso orden jerárquico a sus más inmediatos trabajadores, presionándoles para que atrapen al asesino o acepten la dimisión.
Por otra parte, nuestro inspector tiene novia y meterá las narices en el caso, al punto de que se infiltrará con él en la pensión, presentándose como su esposa. Este modelo está cogido de las comedias americanas, siendo una pareja claramente inspirada en las comedias que protagonizaban William Powell y Myrna Loy, donde los diálogos y el personaje que se le reseva a Suzy Delair es chispeante, ingenioso y vivaz.
Pero casi toda la película transcurre en la pensión, donde el inspector tendrá que descartar sospechosos al estilo Ágatha Christie. Allí viven unos personajes, a cual más estrafalario, donde Clouzot aplica su aire burlesco y socarrón.
Con un guion muy bueno, no tanto el ritmo narrativo que tiene altibajos y una atmósfera lúgubre y retorcida ( esto también es puro Clouzot), resulta una cinta algo avejentada e ingenua, pero donde se asoma ese aire pesimista, burlón y bufonesco que Clouzot perfeccionaría más adelante.
Izeta
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