Esta película comienza con una frase que me pareció lo mejor de ella. " Esta historia está basada en hechos reales..., en su mayor parte. La ironía de tal frase me hizo mucha gracia y lo cierto es que en su primera media hora, la cinta nos promete una historia vista a través de esa ironía, muy estimulante.
1887. El imperio británico en su apogeo, reinaba en la India desde hacía 29 años. Con motivo del jubileo, envían desde la India, a dos criados para obsequiar a la reina con una moneda conmemorativa. Cuando la reina y uno de los criados hindúes se encuentran, ésta, se encapricha de él y así, comienza una amistad, que durará hasta la muerte de la reina, para escándalo de su corte.
Como he señalado, la cinta comienza muy bien, parece una sátira a toda la parafernalia de la corte real y a los modos y maneras del imperio. Pero ese humor, no tarda en diluirse, para convertirse en un drama corriente y moliente y para colmo, muy superficial.
Y es que Frears, parece poner freno a esa historia y no termina de atreverse a contar las motivaciones de ellos, ni nos dibuja bien sus personalidades.
¿Quién era Abdul?, ¿era un trepa?,¿un enviado político para influenciar en la reina?,¿un santurrón que la apreciaba?. ¿Y la reina?, ¿ por qué se encaprichó de él, hasta el punto de desafiar a todos sus ministros y su corte?. ¿ Porque se sabía de memoria el Corán ?. JA.
Todo ello, que podría ser muy jugoso, no nos lo muestran y sólo nos cuentan la amable y bienintencionada historia entre una anciana, abrumada por sus quehaceres y un " leal" súbdito hindú, que por lo visto le proporciona paz espiritual. Ahí es donde se convierte en un drama aburrido e insulso.
Judi Dench, como siempre estupenda, aguanta el tipo, pero nada más. PRESCINDIBLE.