Agradable y simpática película con Glenn Ford y Debbie Reynolds al frente del reparto que, además, cuenta como curiosidad que gran parte de su argumento transcurre en España, lo que hace que genere nuestro interés ver cómo nos juzgaban los americanos ya que, gran parte de su premisa va a consistir en el efecto que su presencia parezca producir en los españoles de la época.
Una corista y un soldado se conocen y saltan chispas entre ellos. Al cabo de 24 horas ya están casados y parten para España donde él ha sido destinado. Sin embargo, en seguida se darán cuenta de su error cuando descubran que el sexo es lo único que les une y que no pueden ser más diferentes.
La película tiene algunos aspectos que no dejan de tener su gracia aunque, en otras cosas, a mí me ha resultado bastante monótona.
Al principio de la peli homenajean la escena famosa de Hawks en " La fiera de mi niña", con lo que yo creo que quieren dejar sentado el carácter indómito y excéntrico de ella frente al más sensato y contemporizador de él, sentando las bases y los conflictos que se van a originar en el resto del film.
Ya en España, son dos las circunstancias que originarán los conflictos. Uno, la Reynolds, que con su carácter y genio, va a ocasionar al enfrentarse a la disciplina que requiere el ejército y a su marido, al que empieza a ver incapaz de ofrecerle lo que busca. Y dos, un cochazo que ha ganado en una rifa en EEUU y que va a ocasionar un conflicto diplomático. ya que, y eso es lo curioso, la envidia que genera en nuestro país puede acarrear grandes males.
No falta el torero apasionado y posesivo que hará la corte a su mujer ni la marquesa de rancio abolengo que encenderá los celos de la chica.
Y, aunque la peli no carece de algunas situaciones chisposas y algún enredo muy bien llevado, en general, resulta bastante reiterada, sobre todo en la trama central, lo que convierte a esta peli en irregular. Curiosa, nada más.