Película basada en una de las inmortales novelas de Dickens que, desgraciadamente, no consigue transmitir en la gran pantalla, toda la emoción y el terrible dramatismo que la obra posee.
No tiene que ser fácil adaptar a Dickens. Sin embargo, pienso que primeramente se deberían de preocupar en construir una historia aunque sea algo mutilada dada la extensión de la novela, donde primen esas viscerales emociones y esos maniqueos y pasionales personajes tan característicos de este autor. Si algo bueno tenía Dickens, era la capacidad de remover las fibras del lector y suscitar amores incondicionales u odios enconados por sus personajes.
Pero aquí no ocurre nada de eso. Tenemos algunas buenas caracterizaciones, preciosista ambientación, bonito vestuario y todo eso, pero la historia fluye a trompicones. Hay momentos en los que la trama va despacio, tomándose su tiempo para introducirnos en la vida de Pip, el protagonista y presentarnos a todos los demás personajes, para luego como si de repente se diera cuenta que se iba a quedar sin metraje, explicarnos a toda prisa y sin respiro, todo el origen del misterio de los personajes.¿Dónde queda el desarrollo del drama?. La bondad, la maldad, la amistad, la frialdad, la mezquindad, el rencor y todos esos sentimientos que la novela nos arroja a la cara, aquí sólo lo vemos a chispazos, la mayoría de las veces los personajes solo provocan nuestra indiferencia y es una pena porque adivinamos que son muy complejos y muy ricos.
Y volvemos a lo de siempre, faltan buenos guionistas. Hoy en día se hace un cine muy preciosista, técnicamente muy elaborado, pero no tienen ni puñetera idea de narrar una historia aunque sea tan buena como ésta.
Queremos verdadero drama, verdadero romanticismo, verdaderas pasiones y ésto, son sucedáneos.