Siempre es conveniente otorgar una segunda oportunidad a las películas porque a veces te llevas sorpresas muy agradables.
Ya había visto esta película y, la verdad, le había dado una nota malísima y todavía no me explico por qué.
En este segundo pase me he reído un montón y me ha parecido que da en el clavo en muchas cosas, así que no entiendo qué pude ver en la primera ocasión que me causara tanto desagrado.
Es posible que no estuviera en mi mejor momento ni tuviera humor para apreciar esta sencilla y fresca comedia o, quizá, mis expectativas eran muy altas (admiro mucho el programa Vaya Semanita, creación de los responsables de esta película) pero, ahora que la he visto sin esperar nada de ella, me lo he pasado muy bien.
Desde luego tiene bastante más nivel que la mayoría de las comedias que rulan en la actualidad y además sin pretensiones aunque eso, en realidad lo considero un defecto porque, creo, que Cobeaga y su equipo no se han dado cuenta de todo el potencial que tenían aquí y no lo exprimen a fondo.
He echado de menos más papel y participación de la fauna que rodea a estos especímenes a estudiar por el National Geographic, quizá porque disfruto más de las comedias corales y la antropología no es una ciencia exacta donde se puede etiquetar al individuo bajo unos patrones de conducta inamovibles, fruto de la tiranía de la biología que marca sus instintos.
La cobra, el abrazo del Koala, los ojos del lémur..., conductas animales que perviven en nuestro interior, imprescindibles en la supervivencia y que siglos de cultura y civilización no han conseguido desterrar..., ni superar.
El macho localiza a la hembra y se prepara para el cortejo. Muge, ladra, gruñe, maúlla, barrita y relincha, enseña las plumas, muestra sus atributos e incluso canta "Entre dos tierras" si hace falta pero todo es inútil.
La hembra hará su elección y escogerá al más apto y al más capaz, que nunca será el que se deje teñir las plumas ni adornar con su pijama rosa, eso debería saberlo cualquiera que haya danzado lo suficiente alrededor del sexo femenino. Un amigo no es un hombre y !ay, del que aspire a sus favores bajo ese título!.

Ahora, hablando más en serio, no creo que haya que tomarse esta película como el evangelio de la misa y creo que sería un error considerarla así.
La película toda ella es una broma, una gran broma y es posible que muchos hombres y mujeres se sientan identificados con las situaciones que se dan en ella (ese es su gran acierto). Pero, en realidad, la película no hace otra cosa que incidir en estereotipos arraigados en la cultura popular y en tópicos manidos acerca de lo que son las relaciones entre hombres y mujeres.
Afortunadamente, yo creo que esas relaciones son muchísimo más complejas y, por lo tanto, más interesantes. Y estoy seguro que de grandes amistades han nacido profundas historias de amor. De relaciones sexuales se ha pasado al amor. Del amor a relaciones sexuales. Sexo sin amor y amor sin sexo. Conquistando y dejándose conquistar. Cortejando o dejándose cortejar. Adoptando papel activo o pasivo. Las reglas en el amor cumplen un papel de marcador de los códigos de conducta que facilitan las cosas, pero de ningún modo son ley ni se revelan infalibles. En el amor todo vale. Hasta ser un pagafantas.