Estupenda y entrañable película perteneciente a ese selecto grupo de comedias que, producidas por los modestos estudios Ealing, les dieron un prestigio internacional capaces de medirse de tú a tú con los colosos del otro lado del océano.
" Pasaporte para Pimlico", " Oro en barras", " Ocho sentencias de muerte", " Whisky a gogó", " El hombre del traje blanco", " El quinteto de la muerte", " Los apuros de un pequeño tren"...Todas ellas y algunas más se caracterizaban por tener una idiosincrasia muy especial, con ese estilo británico tan flemático, lleno de ingenio y seriedad que nos garantizaba que íbamos a ver algo muy divertido y original.
Ésta en concreto, es una comedia de atracos con poco presupuesto pero inmenso talento donde sus dos principales intérpretes ( Alec Guinness y Stanley Holloway), junto con un fantástico guion, nos dan ejemplo de lo que es cine.
Mucho se ha copiado esta fórmula desde entonces, algunas con muy buenos resultados, pero ésta, sigue conservándose muy fresca, divertida, entrañable e ingeniosa. No es fácil hacer una buena comedia. De hecho, creo que es el género que los espectadores más buscamos ( quién no quiere reír) y que más decepciones nos aporta. La risa es un bien escaso.
Por eso no puedo dejar de recomendar esta película a los usuarios y de paso, todas sus compañeras de producción. Aquí sí que tenéis garantizado un poco de buen humor para levantar el ánimo.
Siempre me da mucha pena que los jóvenes de hoy sientan reparo de acercarse a películas antiguas. Estoy seguro que realizarían descubrimientos sorprendentes en muchas de ellas. El cine clásico tiene mucho que ofrecer. Créanme.