Hermoso y largo melodrama al estilo clásico, que nos habla de una familia de tejanos. Desde sus orígenes ganaderos, en esos ranchos que ocupan extensiones como la provincia de Burgos, hasta el descubrimiento de los yacimientos de petróleo, que los enriquecieron muchísimo más de lo que ya lo eran. Como los antiguos melodramas, para ver tranquilamente en el sofá y sin prisas, nos hablan de muchísimas cosas.
Un tejano, dueño de 500.000 de acres de terreno y millones de vacas, conoce a una cultivada chica del Este y contrae matrimonio con ella. Ahí comienza la historia de una saga familiar, llena de conflictos.
Las diferencias culturales entre el matrimonio, la llegada de los hijos y los sueños no cumplidos. El resentimiento y la envidia de su capataz, que aunque luego hereda un pequeño terreno y encuentra petróleo, su ambición satisfecha no le bastará para hacerle feliz. Las expectativas que se ponen en los hijos, que luego no se cumplen, los problemas raciales, que en un medio rural como Texas, eran muy grandes...Todo eso y más nos narra esta película, como si de una larga novela se tratase, con ese estilo narrativo, limpio y claro, esa fotografía de los años 50 gloriosa, con un magnífico uso del color.
Era la época de oro del melodrama y George Stevens,un maestro, a la altura de Douglas Sirk y John M.Stahl. Un género, que ha degenerado, hasta quedar a la altura del betún, pero que los amantes de él, aún pueden regocijarse con la búsqueda de estos grandes clásicos de los años 40 y 50 y comprobar, cómo un género tan delicado como éste y propenso a caer en el más burdo sentimentalismo, en las manos adecuadas se puede convertir en grandes películas para disfrute del personal.
Esto es lo que hacían los grandes maestros y hoy, los actuales no pueden o no saben hacerlo, ya que si lo intentan, el resultado suele ser, película más parecida a telenovela que otra cosa.¿Cuál era el secreto?.
No le doy más nota porque me parece que al director se le fue un poco la mano con el metraje pero, aún así, NOTABLE.