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Argentina Argentina · Mar del Plata
Voto de FranciscoG:
7
Thriller El escritor Eddie Morra (Bradley Cooper) sufre una grave crisis de creatividad. Un día prueba una nueva droga que le permite sacar el máximo partido a sus facultades mentales. De este modo, consigue triunfar en Nueva York. Un poderoso magnate de Wall Street (Robert De Niro) siente una irreprimible curiosidad por averiguar qué se esconde detrás de tanto éxito. (FILMAFFINITY)
10 de julio de 2011
26 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tema de la inteligencia aumentada es un tópico ocasionalmente tocado en la ciencia ficción, y pocas veces visto en el cine. Creo que el último film rodado en torno al tema fué “El hombre del Jardín” (The lawnmower man). Novelas famosas en esta línea serían "Flores para Algernón" de Daniel Keyes, "Mercader de inteligencia", de John Boyd, y algunas otras cuyo título no recuerdo ahora, aunque mencionaría muchas más si considerara la escencia de ciertas historias, puesto que esencialmente contempladas, muchas cosas que parecen diferentes son iguales.

La película que nos ocupa, en ese sentido, es original, y además, goza de otros atributos como una música pegadiza que exuda optimismo y algunos efectos fotográficos interesantes, además del uso del ojo de pez para representar, muy apropiadamente, la omnipercepción. Las actuaciones son normales y no se necesita más, en un argumento orientado a las posibilidades de una herramienta y no a las sutilezas de las relaciones interpersonales.

Un escritor desinspirado y en bancarrota se topa con un ex-cuñado que le facilita una droga para aumentar las capacidades intelectuales. A partir de allí comenzará una exitosa carrera, primero literaria, luego económica, con mucha pelea física -nada de metáforas- por el dinero, el poder, las dichosas grageas y sus efectos adversos.

Lo único malo de la cinta es apegarse a esa manía tan normal de transformar todo argumento en un policial, como si no pudiera hacerse nada más con una inteligencia de 4 dígitos que correr detrás del vil billete, pelear mejor y conquistar poder político. ¿A nadie se le ocurre buscar la manera de vivir más y mejor, sin necesidad de pelearle el poder a nadie y sin llamar la atención, y de paso, comprender el Universo?. Caray, eso pasa por proveer la droga a cabezas huecas. Dios le da pan al que no tiene dientes, dicen.

La historia daba para más. Hubiera sido interesante presenciar la transformación de mundanos personajes en filósofos, de cultores de la violencia gratuita en apacibles hombres, de pirañas del poder en desprendidos pensadores, para mostrar cómo el solo conocimiento es poder; y más aún, cómo la simple virtud es poder, porque conduce a la comprensión y esta al dominio de la realidad.

Bueno, todo no se perdió, tal vez un poquito de eso hay, y quizás así se explique el giro final: el cinismo es natural, pero el humanismo también.

Teniendo en cuenta que cada film no tiene porque ser un canto a la filosofía de uno, y que no hicieron el planeta para complacernos, Limitless se transforma en una sorpresa agradable, original y graciosa en medio del desfile de monstruos espaciales, traficantes de mala catadura, fantasmas vengativos, superheroes traumados y almitas sensibles torturadas por el capitalismo que invade la cartelera continuamente.

Caray, se me quedó pegada la musiquita optimista del final.
FranciscoG
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