Antes de comenzar la crítica, debo ser sincero. No había visto, todavía, este clásico de la animación, ya que era una de mis películas pendientes. Pues bien, con motivo de su 30 Aniversario (la película es de 1988), se ha reestrenado en cines, y me he propuesto visionarla, por fin.

Por lo tanto, mi crítica es tan tardía como valiosa, porque no estoy viciado por la nostalgia de aquellos años y voy a intentar ser lo más objetivo posible (aunque eso, ya de por sí, es imposible en una crítica personal).

Tenía miedo del visionado de esta cinta, ya que me suele suceder, que con los clásicos infantiles de hace años, me quedo con una sensación fría, como si no hubiese visto la misma película que el resto de la humanidad que aplaude estos clásicos de su infancia. Pues bien, con la película que nos ocupa, tengo sentimientos encontrados.

La dirección es del maestro Hayao Miyazaki, responsable de “La princesa Mononoke”, “El viaje de Chihiro” o “El Castillo ambulante”, las cuales si he visionado y ninguna me dijo especialmente nada (sobre todo la última), pero no descarto un revisionado. La animación, de la película que nos ocupa, es espectacular, y más para esa época. Seguro que muchos estudios matarían por tener algo así en la actualidad. La música también me ha parecido sobresaliente.

Luego tenemos la historia, cargada de buenas intenciones y con personajes entrañables (especialmente las dos niñas protagonistas), pero que tarda bastante en arrancar y hasta el final de la película no hay un conflicto real, solo una sucesión de escenas que no aportan demasiado a la historia (al menos a mi parecer). Ni que decir del “protagonista”, Totoro, el cual sale menos de veinte minutos, y la película dura ochenta.

Si bien es cierto que hay un mensaje detrás de todo, y la película es bonita y mágica, creo que le falta algo, y quizás sea la única persona crítica en ese aspecto, ya que es una de esas películas que te tienen que gustar sí o sí, pero a mi no me ha llegado del todo. Ojo, tampoco me ha parecido una mediocridad o una pérdida de tiempo, pero si que me ha decepcionado bastante, y creo que es uno de esos clásicos bastante sobrevaloradas.

Repito, esta es mi opinión, y es ahora cuando la he visto, y quizás no me he dejado llevar por la “magia” de la propuesta, pero no le resto valor a su animación, banda sonora, personajes y demás elementos, por los cuales, puedo llegar a comprender que la película sea considerada una obra maestra y una película de culto para tantos.

Correcta. Esa sería mi conclusión final, que no es poco, pero oye, de nuevo, respeto las opiniones de todo, y me alegra que películas así (humildes, y cargadas de bondad y humanidad) sean tan aplaudidas. En ese aspecto, cero reproches. Felicidades por esos 30 años, ya que, otra cosa no, pero la película es atemporal (es decir, se podría haber estrenado hoy y las sensaciones serán las mismas). Y eso no lo pueden decir todos los clásicos.

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