El súmun de la violencia. Sangre, sangre, más sangre y un diálogo clásico de la pareja Rodríguez/Tarantino. Para los amantes del género: imprescindible.

Cada uno de los personajes está perfectamente seleccionado y muy bien caracterizado para generar ese ambiente lúgubre y agresivo que tanto gusta, así la trama la mueven entre 8 o 9 papeles y unos sustentan a otros. Se diluye, de esta forma, el protagonismo de Clooney, que aún así está mejor que bien. A destacar quedan las personalidades de Keitel y Tarantino, pero no podemos olvidarnos de papeles como el de Tom Savani (Sex Machine...).

Como pegas, los efectos y la viscosidad, llega un momento que consiguen vencer la razón de la trama y se pierde el contenido, pero tampoco esperábamos un hito de un film de Robert Rodriguez...

No apto para no morbosos. Buen film de risas y tortas para el resto.