Es esta una película casi oculta, infravalorada y olvidada, y sin embargo al visionarla contiene, sin lugar a duda, buena parte de los códigos originales del cine de terror. El paso del tiempo hace de ella una reliquia, casi frágil, debido a que su técnica choca demasiado con las que se usan hoy en el género, pero no por ello deja de ser un film que cualquier maestro del cine actual hubiese querido rodar.

Una historia simple, sin artificios, algo extraño en el cine de terror de nuestros días, pero envuelta en un halo de misterio e inquietud perfectamente llevado por los silencios y la música, unos personajes que ponen en verdad la carne de gallina y juegos de luces en blanco y negro que estremecen los sentidos.

Todo ello acompañado por ese encanto que sólo la serie b tiene; escenarios de cartón pluma, maquillaje sobre maquillaje, coches que "ruedan" sobre decorados en movimiento,... y un largo etcétera de pequeños detalles bizarros y algo cutres, sólo aptos para este tipo de cine, que hacen de "El Carnaval de las Almas" una película obligada para cinéfagos e inexcusablemente obligada para todos aquellos individuos que creen que "El Sexto Sentido" es la obra cumbre de la originalidad.