Netflix vuelve a las andadas y está vez para cargarse uno de los que podría haber sido su producto estrella, esperado y deseado tanto por el público más exigente como por el más generalista.

Los amantes de la animación pueden quedar satisfechos con el visionado. Los que esperábamos que llegara el producto no podemos quedar contentos.

Falla la temporada por contraste con la primera, mucho más versátil, arriesgada e innovadora. Además que los temas y como los abordaba se movia mejor en el terreno del corto.

También falla en si misma: temáticas irreflexivas para el terreno de la ciencia ficción, excepto el corto que es un narrador reflexionando; duración insuficiente para hacer un corpus de la temporada; planteamientos sin nudo y con desenlaces previsibles o vacíos; premisas demasiado vistas para no aportar innovación.

Es una cita obligada para los amantes de la animación pero un chasco para los amantes de la ciencia ficción. Hay robots, hay amor y muerte, pero limitada a cumplir el expediente.

Netflix ya descafeinó sin remedio BlackMirror y ha hecho lo mismo a esta serie.

Animación un 8, mero despliegue de técnicas y desacertadas en varios de los cortos.
Guiones un 1, ninguno alcanza las cotas de comicidad, épica, rebeldía o reflexión de la temporada 1.

Fiasco y decepción.