Nunca una película que es versionada de la animada ha salido demasiado bien. Pero desde que vimos Cenicienta todo comienza a cambiar.
Hay personas que piensan que una versión real es innecesaria y de existir esta debe no parecerse tanto a la original, para así causar sensación de frescor. O puede que no funcione. Pues este no es el caso. La película es prácticamente calcada de la que vimos cuando éramos niños. Puedes pensar que no sorprenderá pero nada que ver. Me pegué toda la cinta con la boca abierta y disfrutando cada escena. Me reí y me emocionó por igual en todo momento. No recuerdo ninguna escena aburrida ni que la trama se ralentizara.
Las escenas están muy conseguidas, la animación encaja a la perfección y los decorados nos absorben. Algo que no esperaba era el tema de las canciones. Aunque no soy muy fan de meter canciones en las cintas animadas, me encantó oírlas aquí. Puede que volviese esa nostalgia o que las canciones son muy, muy famosas.
¿Que más decir? La película me sorprendió aun habiéndola visto anteriormente y eso creo que lo dice todo. Si te gustó la versión animada, esta dirigida por Jon Favreau te encantará.