Aún recuerdo cuando un domingo por la tarde en 1999 prendí el televisor y sintonice mi canal favorito (Ambavisión) para ver algo y simplemente "matar el tiempo", justo empezaba este preciosa película que llamó mi atención casi de inmediato, una de la cual quede enamorado de principio a fin, un titulo que me hizo amar el cine como nunca antes, casi que fue una "experiencia religiosa" y a la que siempre guardo especial cariño dentro de mi colección.

Esta joya poco conocida dirigida por Gary Ross encierra un mensaje efectivo sobre el derecho primigenio que tenemos los seres humanos a elegir nuestro destino, a ser libres y diferentes en un mundo que "sataniza" todo lo que no siga una determinada linea de comportamiento. Pero claro, para ver esto, primero se tiene que entrar en su particular propuesta que tiene un componente fantástico inverosímil si, pero que funciona de mil maravillas como motor de la trama, y esto se debe al gran trabajo en el guión escrito por el mismo Ross que además subvierte personajes acartonados hasta hacerlos tridimensionales y de "yapa" (como diríamos acá) brinda la oportunidad a jóvenes promesas que posteriormente y en similar medida obtuvieron popularidad y fama.

Empezando con un correcto Tobey Maguire y una espléndida Reese Whiterspoon, que se lucen en los roles protagónicos. De soporte encontramos a Jeff Daniels, Joan Allen, J.T. Walsh, William H. Macy, Marley SHelton y un aún "desconocido" Paul Walker, al que ya le daba bastante bien conducir coches en los años 50.

Uno de mis films de cabecera favoritos, se los recomiendo.