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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Drama Una joven belga (Audrey Hepburn) que pertenece a una familia burguesa, ingresa como novicia en un convento. Tras profesar como monja, la hermana Luke es enviada al Congo a trabajar como enfermera en una misión. Su sorpresa será mayúscula cuando compruebe que ha sido destinada a un hospital para blancos, como ayudante de un cirujano. (FILMAFFINITY)
12 de marzo de 2009
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso ver a tanta gente que habla en favor de la democracia y la libertad, y a diario se comportan como absolutos dictadores: Quieren que la gente piense y actúe como ellos; esperan que se haga todo como ellos dicen; y quieren -no aman- únicamente a quienes les son obedientes. Pocos padres valoran a un hijo desobediente, y vaya hacia la sociedad, para que vea a profesores, militares, empresarios… monjas y sacerdotes, con total repulsa por aquellos que no son sumisos. “Sólo quiero a quien actúa como yo quiero”, ese es su lema consciente o inconscientemente.

Hasta en esta página se puede captar las inclinaciones de la gente. A la pregunta: ¿Le ha resultado interesante y/o útil esta crítica? Es fácil notar que, el común de las personas, sólo vota favorablemente a las que coinciden con su propia opinión, y rechaza de plano las que se muestran en desacuerdo; y claro lo tienen: es un estúpido el que no ve lo que yo vi... ¡y es un genio el que piensa exactamente como yo! La pregunta de FA podría ser más directa: ¿Halaga tu ego ésta crítica?

¡Qué lástima que no veamos el valor de la diferencia! ¡Cuán obtusa resulta una sociedad que sólo valora a los obedientes cuando son, exactamente estos, los que van camino de la imbecilidad! Porque ¿Qué otra cosa puede ser un individuo sin pensamientos propios, sin palabras propias, sin acciones libres? Pero, los abusadores necesitan tontos porque de ellos, muy fácil, pueden aprovecharse.

Lo que me gusta de, <<HISTORIA DE UNA MONJA>>, es que estamos ante una mujer con una poderosa fuerza interior que lucha contra su consciente deseo de ser sumisa ante las instituciones. Gabrielle, quiere obedecer, negarse a ser ella, seguir incondicionalmente las reglas… pero, su carácter y su ser interior no se lo permite. Ella es brillante, culta, ama a la gente y tiene un deseo profundo de servir… ¡y una mujer así no puede ser sumisa!, porque hay gran diferencia entre servir y ser servil: El primero ayuda, a su manera y sintiéndose libre, a quien lo necesita; el segundo se somete a las reglas de otro, aunque no comparta sus proposiciones.

Fred Zinnemann, deja cuidadosamente en claro que, es la acción directa lo que agrada a Dios y no la oración del encierro y el aislamiento, pues, Él no habita en conventos ni en monasterios, sino en el corazón de cada uno de nosotros.

Lástima que la película haya sido tan débilmente editada, porque, a mi parecer, sobra todo el proceso de iniciación como monja... y otras cuantas situaciones en exceso complacientes. Habría bastado con mostrarnos algunos elementos de la disciplina dentro del claustro y hubiésemos quedado satisfechos; pero, entiendo que el cine de aquel entonces tenía que jugar a: “No enojemos a la censura”, “No disgustemos a la iglesia”… y eso llevó a filmes tan bien encaminados como éste, a tornarse condescendientes y ambiguos.

Con todo, <<HISTORIA DE UNA MONJA>>, invita a la autonomía, a la libertad de pensamiento y acción, a recuperar el derecho a Ser... y es, sobre todo, un ferviente llamado a desobedecer toda vez que nuestro fuero más íntimo nos diga que es otro el camino que debemos recorrer... y también hay que decirlo: es siempre muy grato volver ver a ese ángel llamado, Audrey Hepburn.
Luis Guillermo Cardona
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