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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Drama Italia, 1816. Los "carbonarios", un grupo revolucionario que sigue las teorías de Babeuf (1760-1797), intenta resistir los ataques del absolutismo. Uno de ellos, el viejo Fulvio, de origen noble, enfermo y cansado y perseguido por la policía, busca refugio en la casa familiar. Tiene la intención de empezar una nueva vida, lejos del compromiso político que ha arruinado sus ambiciones personales, pero sus correligionarios lo presionan ... [+]
3 de abril de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Carboneria (Carbonería), fue una sociedad secreta surgida en Nápoles, Italia, durante la ocupación napoleónica (1805-1814). Su compromiso nacionalista, su forma de organización y su accionar insurrecto, se ganaron tanto respeto y se hicieron tan populares que, pronto, su nombre se extendió por otros países de Europa (España, Portugal, Francia), donde surgieron organizaciones similares. Extrañamente y aunque con su nombre reivindicaban a los obreros que trabajaban en las minas de carbón, la mayor parte de los carbonarios eran de clase alta (burgueses renegados) y estaban separados en dos logias: La Civil (propaganda y protesta pacífica) y la militar (acciones armadas). Su principal ideario era la libertad política y el restablecimiento de un gobierno constitucional.

Con la entrada en escena de Filippo Buonarroti, político que había participado durante la Revolución Francesa de 1789, y que ahora retomaba la lucha revolucionaria clandestina, se funda la logia masónica Los Sublimes Maestros Perfectos (en la película se hará referencia a Le Fratelli Sublimi) y con un grupo de estos oficiales (vestidos de blanco), tendrá lugar la historia cinematográfica que asume como protagonista a Fulvio Imbriani, un aristócrata lombardo que, tras salir de una cárcel austriaca donde se hallaba confinado, y enterarse, luego, de la muerte de Filippo, pierde el interés por su pertenencia a la logia y comienza a buscar la manera de volver a los aposentos familiares, pero, la logia sigue activa y queriendo contar con el liderazgo de Imbriani, más ahora que un nuevo miembro ha ingresado a sus filas, un chico llamado Allonsanfa'n… ¡el hijo de Filippo!

En francés, el primer verso de La Marsellesa comienza así:
Allons, enfants de la patrie / Le jour de gloire est arrivé! …
De Allons, enfants… (Venid, hijos…), se hizo la contracción conservando la pronunciación en francés, Allonsanfa’n… ocurrencia, seguro, de Filippo en homenaje a la gran Revolución, y el rol que este muchacho jugará en la vida de Fulvio Imbriani, bien podría ser una suerte de predestinación.

Los hermanos Paolo y Vittorio Taviani, parecieran, en este filme, querer mostrar el desgaste y las lamentables consecuencias (y decepciones) que se derivan, a veces, de la lucha armada, y su película se va decantando por un inesperado desenlace que nos dejará entre perplejos y frustrados. La historia, por falta de datos esenciales se torna un tanto oscura, y como espectadores, nos sentimos bastante al margen de los personajes sin conseguir empatizar ni tomar partido por alguno de ellos. Los hechos, en general, resultan fríos, los militares son vistos siempre con total distanciamiento y la falta de recursos (o de intenciones) de hacer un filme de mayor compromiso visual, hace que nos sintamos medianamente conectados con este drama político bastante insólito.

Marcello Mastroianni (Fulvio) y Mimsy Farmer (Francesca), sobresalen entre el resto de interpretaciones, pero, en definitiva, “ALLONSANFA’N”, resulta un filme bastante liviano.
Luis Guillermo Cardona
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