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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Animación. Aventuras. Comedia. Infantil Carl Fredricksen es un viudo vendedor de globos de 78 años que, finalmente, consigue llevar a cabo el sueño de su vida: enganchar miles de globos a su casa y salir volando rumbo a América del Sur. Pero ya estando en el aire y sin posibilidad de retornar Carl descubre que viaja acompañado de Russell, un explorador que tiene ocho años y un optimismo a prueba de bomba. (FILMAFFINITY)
21 de julio de 2009
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duele llegar a viejo y, tras hacer un inventario de lo vivido, llegar a la conclusión de que, lo que más anhelamos, aquello que fue nuestro gran sueño… ¡nunca pudimos lograrlo! Pienso que, es ésta, una de las principales razones de que haya tanto anciano, huraño e introvertido, moviéndose como una sombra en los hogares de hoy. Están dolidos por su fracaso, sienten que su vida fue inútil y que ya jamás tendrán otra oportunidad para realizar sus más grandes aspiraciones... y, entonces, afloran su rabia y su amargura sin que encuentren a nadie que haga un esfuerzo por comprender lo que les pasa… y el alivio, quizás llegaría, si hubiera tan sólo un ser humano que volviera a creer en ellos y sacara a flote sus reservados potenciales.

Carl Fredriksen, es uno de estos ancianos. De pequeño, conoció a Ellie, y con ella soñó tener grandes aventuras como las de su héroe, el explorador Charles Muntz. Las Cataratas del Paraíso, en Venezuela, se convirtieron en su gran sueño. Un día, formaron pareja y comenzaron a ahorrar para realizar el viaje, pero, circunstancias de la vida pusieron obstáculo a su anhelada esperanza, y así, sin mucho esfuerzo, dejaron que pasara el tiempo y el sueño nunca se realizó.

Para, Ellie, se hizo tarde, pero, para Carl, aunque parece que ya no es el caso, surge una fuerte presión de la existencia que pone de nuevo en marcha su ánimo adormecido... y una gran aventura se iniciará para él.

A Carl se suma Russell, un pequeño explorador con grandes afanes de triunfo como otrora los tuviera el viejo, y pronto se convierte en un fuerte aliado que hace que emane un entusiasmo y una voluntad como jamás soñó nadie que podía tenerlos.

La aventura de este bello y aleccionador filme, magníficamente escrito y dirigido por Pete Docter y Bob Peterson, está plasmada con enorme calidez; con una visión tan clara de reencuentro consigo mismo y con el otro, que uno siente que está ante un afortunado reflejo de la vida que no debería verse como un mero pasatiempo.

El arte cinematográfico se convierte en una experiencia vivificadora cuando nos conduce a la luz al mostrarnos, con sabiduría y estética, un camino que podría sacarnos de la tristeza y conducirnos a la felicidad. Esto es lo que todos anhelamos y es lo esencial para lo que debería hacerse cine.

<<UP>>, consigue a plenitud este objetivo, así que le damos, sin restricciones, nuestro más sonoro aplauso.
Luis Guillermo Cardona
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