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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama. Comedia En 1948 Clément Mathieu, profesor de música desempleado, acepta un puesto como profesor vigilante en un internado de reeducación de menores. El sistema represivo aplicado por el director conmociona a Mathieu. Enseñándoles música y canto coral a estos niños tan difíciles, Mathieu transformará sus vidas cotidianas.
2 de septiembre de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Año 1949. Tiempos de postguerra. En un internado de educación para niños con problemas, cuyo nombre es de por sí bastante peyorativo: Fond de l’etang (El Fondo del Estanque), la educación que se brinda se parece harto a la realidad. El director, un hombre rígido e intolerante, aplica y hace aplicar una grave regla que él denomina: Acción-Reacción que, en su particular ejercicio, bien puede leerse como Improcedencia-Castigo, pero que suene a Venganza. Por añadidura, monsieur Rachin fomenta la delación, el ensañamiento, el despotismo y el oportunismo. Pero, como suele ocurrir, la Providencia -que siempre piensa en los niños-, se ocupa de enviar a estos lugares un aliento de esperanza pues, el buenazo de ahora que es el señor Maxence, ya se está haciendo viejo.

Así, a El Fondo del Estanque llega Clément Mathieu, un hombre con algunas frustraciones que le carcomen el alma, pero con un espíritu amoroso y un sentido vocacional en plena ebullición. Paso a paso… Sembrando una pequeña semilla cada día…. Y convencido de que se puede extraer la gran virtud que se oculta en cada chico, Mathieu va transformando los atroces ejemplos del pasado, y en la forma de un Coro, comienza a renovar el sentir y el ser de sus alumnos.

Pues, lo sabe la vida, lo saben los Artistas, y lo sabe todo hombre que experimente en su alma un encumbrado goce estético: Cualquier niño que consiga extraer de sus entrañas sus potenciales literarios, musicales, actorales, pictóricos y todo lo relacionado con los bellos artes, será, en la mayoría de los casos, un hombre sensible rescatado a la violencia y a la degradación. Solo queda esperar que, algún día, también lo sepan los encargados de la educación en nuestros paises… y será entonces cuando el maltrato la verá difícil para penetrar en las aulas y aún en los hogares.

Remake de un viejo filme basado en hechos reales ocurridos en los años 30 y titulado “La jaula de los ruiseñores” (Jean Dréville, 1945) que, aunque fue muy exitoso comercialmente, por alguna razón no tuvo amplio reconocimiento de la crítica, el debutante Christophe Barratier, ha conseguido dotar a la historia de una colorida y enternecedora calidez humana y, con magníficas interpretaciones (Gerard Jugnot, Francois Berléand, Jean-Paul Bonnaire…) y con la especial aparición de Jacques Perrin, quien de inmediato nos trae a la memoria la maravillosa “Cinema paradiso”, donde al igual que aquí, él es el hombre adulto que comparte con nosotros sus magníficos recuerdos. Primero como Totó, ahora como Pierre Morhange. Aquél un cineasta, éste un solista en música coral y después un brillante director de orquesta.

“LOS CHICOS DEL CORO”, alienta con ímpetu una nueva esperanza, plantea alternativas en los procesos formativos de hondo significado, y renueva la confianza en los niños, mientras deja bien en claro que somos los adultos los que, con nuestras malas maneras, deterioramos y agravamos su comportamiento, y también, que somos nosotros los que con tolerancia, respeto y estímulo, logramos hacer de los pequeños una fuerza positiva para la humanidad.

Título para Latinoamérica: “LOS CORISTAS”
Luis Guillermo Cardona
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