Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Musical. Drama Inglaterra, siglo XIX. Oliver Twist (Mark Lester) es un pobre niño que escapa de un orfanato y llega a Londres en busca de fortuna. Allí tiene la mala suerte de ser reclutado por un granuja llamado Fagin (Ron Moody), jefe de una banda de jóvenes ladronzuelos que roban a los transeúntes. Adaptación en formato musical de la famosa obra de Dickens. (FILMAFFINITY)
30 de agosto de 2014
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue entre febrero de 1837 y abril de 1839 que, el escritor Charles Dickens (1812-1870), publicó por entregas su novela “Oliver Twist” en la revista mensual Bentley’s Miscellany, y el éxito fue tal que no tardarían en aparecer sus ediciones en libro y su traducción a decenas de idiomas. Oliver fue el primer niño protagonista en una historia que refleja sin reserva alguna los graves problemas de la sociedad (en este caso inglesa), donde su altiva bandera lucía raída por las infamias que se cometían a diario entre (y contra) las clases populares.

En la recreación de su magnífica película, “¡OLIVER!”, el director Carol Reed, nos da detalles muy precisos que determinan los vicios y desigualdades de una época que parece eternizarse en el tiempo como algo irresoluble. El marcado contraste entre la clase privilegiada -con sus magníficas edificaciones, sus calles limpias y sus relajantes ambientes- y la clase olvidada con sus mercados ajenos a toda asepsia, sus edificios sucios y resquebrajados diseñados de cualquier manera y en un claro hacinamiento. Después, esos obesos y glotones directivos de un orfanato, que mientras comen ellos un suculento banquete, dan una sopa miserable que no alcanza ni para quitar el hambre a los niños huérfanos y mendicantes que allí han sido llevados, según cuentas no por un acto de generosidad sino para que las ciudades no luzcan muy empañadas ante la vista de los “respetables”. Y otro notable detalle, es el del magistrado alcohólico que bebe en plena sesión y que, cuando dicta sentencia, le interesa menos si ha sido justo o no, que saber que ha terminado la tarea.

Abandono, iniquidad, explotación, y otras tendencias de descomposición humana tan arraigadas, que ¡casi dos siglos después!, continúan vigentes y a todas sus anchas, aún entre las llamadas grandes sociedades (grandes por cantidad no por cualidad).

Oliver es un niño nacido en un orfanato, cuya madre muere tras su nacimiento y el padre fue otro irresponsable de los que alzan vuelo en cuanto se enteran de que un compromiso se les viene al paso. Así, el niño termina quedando huérfano y recibiendo las miserias del Estado primero… y luego, por haberse atrevido a pedir un poco más de alimento, vendido como aprendiz –por techo y comida- en una casa de funerales de tercera categoría... hasta que escapa a Londres donde conocerá primero a Dodger el tramposo y luego a Fagin, el explotador de niños, cabecilla de un negocio de carteristas que administra como un “buen” empresario.

Reed logra una puesta en escena de gran altura, con un diseño artístico de perfecta remembranza; unos tonos de luz de absoluta precisión; números musicales muy complejos, magníficamente coreografiados y mejor editados; las canciones, concatenadas con la historia, resultan bastante agradables (menciono aquí que No deberían admitirse copias que no traigan las canciones subtituladas) y con un puñado de estupendas interpretaciones, el filme nada en aguas muy seguras logrando una versión bastante satisfactoria de la inmortal obra literaria.

Ron Moody, magnífico como el ambiguo Fagin, el hombre que a pesar de su descarrío también tiene su corazoncito; estupendo Oliver Reed, el intolerante y explosivo Bill Sikes; encantadora Shani Wallis, la controvertida Nancy, capaz de algunas maldades pero incapaz de hacer daño a un niño. Y Hugh Griffith, y Jack Wild… y hasta Mark Lester, con esa ingenuidad que nos llega al alma, logran un conjunto actoral inolvidable, y de esta manera, la película se constituye en pleno, como otra importante adaptación de la obra del gran Dickens, que llegó a ser justamente galardonada con cinco premios Oscar y dos Globos de oro.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow