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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama Drama de época que adapta la célebre novela homónima de Dostoievski, en la que se analizan los problemas de una familia rusa del siglo XIX. (FILMAFFINITY)
12 de febrero de 2009
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ryerks, Rusia, 1870. Fyódor Karamázov es padre de cuatro hijos varones y piensa como un personaje de Jorge Amado, que decía: "Uno no puede acostarse con todas las mujeres del mundo… pero ¡vale la pena intentarlo!". Su hijo, Dmitri, es un teniente del ejército zarista, vividor y bohemio. De él está enamorada, Katya, una agraciada y aburguesada mujer que cree, ilusamente, que todo en la vida se consigue con dinero. Alexi, es un monje, conciliador y querido por todos, especialmente por Dmitri y su padre. Ivan, es periodista, escéptico y blasfemo, pero, en el fondo, alberga una creencia en Dios que, de repente saldrá a flote. Smerdjakov, es el hijo ilegítimo, enfermo de epilepsia y muy duramente tratado por su progenitor quien, por estos motivos le odia, y como otras personas, desea su muerte.

La dramática tragedia que habrá de avenirse, ha sido soberbiamente recreada por ese gran intérprete de los grandes escritores, como fue el director, Richard Brooks, autor de filmes tan bien horneados como: “The Cat on a Hot Tin Roof”, “Elmer Gantry”, “Lord Jim”, “In Cold Blood”, y otros tantos.

La adaptación cinematográfica de la legendaria novela de Fiódor Dostoyevski, publicada en 1880, en la cual el autor retoma hechos autobiográficos y conocidos por él, tiene gusto a delineamiento perfecto de unas figuras humanas que tienen trazada su aleccionadora presencia por toda la eternidad.

Hay imponentes ejemplos del accionar humano, como la escena entre el capitán retirado y su pequeño hijo, cuando éste lo conmina a hacer valer su código de honor para enfrentar a Dmitri quien, particularmente, resulta ser el personaje más estructurado, dotado de positivos matices y de valores ocultos que, de repente, sorprenderán a todos.

Yul Brynner, da cuenta aquí de su fuerte personalidad y de su gran carácter interpretativo, cuando afronta, como Dmitri, el intenso juicio acusado de parricidio; y, Maria Schell, adorna con su dulce presencia, al personaje de Grushenka, una muchacha ávida de libertad, cuya ternura y encantos desean por igual, el padre Karamázov y el altivo Dmitri. Valga mencionar, a manera de anécdota, que este personaje fue muy anhelado por la legendaria actriz, Marilyn Monroe... pero, nunca se le concedió.

Con una elegante y veraz recreación escenográfica, Brooks desplaza las situaciones de un clima denso a un evento cálido, donde la fortaleza de los hombres puede salir a flote para dar, cuando se precisa, lo mejor de ellos mismos; y sensibles simbologías, recrean claros rasgos de personalidad, como el cristal roto sobre el que vemos a Smerdiakov, cuando por su mente cruzan ideas perversas.

“LOS HERMANOS KARAMÁZOV”, constituye un libro, y una película, de enorme peso en la literatura y de imprescindible apreciación en el arte cinematográfico.
Luis Guillermo Cardona
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