Ricard Reguant alias Richard Vogue y que no se esconde de nada tras su pseudónimo profesional algo sobreseído a lo yanqui, dirigió, produjo y escribió ésta barata como desaprovechada cinta que parece haberse hecho para sus fines domésticos planteada como una película de terror en que sus principales víctimas son chicas bellas y bronceadas (entre ellas una acauchutada Sonia Monroy, toda jamón) que sin darse cuenta se meten en la boca del lobo con la intención de seducir y robar a un veterano actor de películas de serie B que ha regresado a su finca para retirarse después de estar años trabajando en Hollywood como actor de serie B.

Reguant aprovecha su capricho pseudoerótico (los créditos iniciales a modo de cabecera de película de James Bond son de lo más histriónico y hortera) para llamar la atención pero su producto queda empobrecido por su falta de ausencia en el guión y solamente destacan las intervenciones masculinas de Manuel Zarzo y Roger Pera (hijo del humorista y también actor Joan Pera), porque las femeninas como por decisión expresa del libidinoso Reguant tienden a limitarse a mostrar cuerpazo y tipo amén que otro diálogo pobre y plano.