Irregular mezcla de cine de acción y fantasias paralelas bajo la influencia del pseudo-cómic y el videoclip bajo la dirección de Zack Snyder que todavía olfateaba éxitos renacidos del tebeo como “300” (2007) o “Watchmen” (2009) en que adaptaba los universos gráficos de Frank Miller y Alan Moore respectivamente.

Si examinamos la filmografía de Snyder, desde la prometedora y revolucionaria “Amanecer de los Muertos” (Dawn of the Dead, 2004) a sus insistentes contribuciones superheróicas iniciadas con “El Hombre de Acero” (Man of Steel, 2013) pasando por “Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia” (Batman v. Superman: Dawn of Justice, 2016) y que no acabarán si no es por lo menos con la esperada “Liga de la justicia”, (toda una reunión de superhéroes para darle más pirotecnia y carne a la taquilla), “Sucker Puch” queda como un producto arrinconado, fruto de un proyecto pasajero e incluso realizado por encargo que fue un fracaso en las salas comerciales pese a gozar de un buen argumento y con una trama similar a la terrorífica como también desafortunada “Encerrada” (The Ward, 2010) de John Carpenter.

Pero el film desborda sus excesos piromusicales eclipsando un argumento que se podía haber pulido mejor. A Snyder bien le habría valido la ayuda de Baz Luhrman para sacar a relucir bien éste “Sucker Punch” ambientando en un siniestro psiquiátrico donde la libertad de la mente es el factor clave donde la aventura queda ambientada en varios conflictos bélicos disfrazados de éstetica de cómic, nuevamente el reclamo para que sus inquietas protagonistas femeninas (entre ellas Jenna Malone, conocida por sus intervencones en cintas como “Contact” (1997) de Robert Zemeckis y “Donnie Darko” (2001) de Richard Kelly) se salten todos los obstáculos con la ayuda de Scott Glenn ejerciendo de veterano maestro.