Desde mi perspectiva esta película trata sobre el amor y sobre las relaciones de pareja, pero tomando esto como punto de referencia para abarcar la sociedad en la que vivimos. Estamos claramente condicionados y presionados, como individuos, a la idea de la felicidad, basada en alcanzar esa situación personal que se muestra como idílica en la que tan solo estaremos completos y habremos encajado en este mundo si encontramos una pareja.
Una vida como soltero/a no se presenta como una forma que goce de la plenitud que se espera de nuestra existencia, si no encontramos una pareja es porque algo falla, porque algo va mal con nosotros. Sin duda, condicionado por una sociedad en la que la que lo que prima son las apariencias, y todos deseamos que nuestra vida parezca lo más perfecta posible en todos sus aspectos.
A medida que la obra avanza conocemos al sector contrario, aquellos que apuestan por la vida en solitario llevado al extremo, donde ningún tipo de sentimiento hacia otro ser humano está permitido y será agresivamente castigado. Ambos grupos son profundamente radicales en sus formas, defendiendo las más diferentes de las posiciones en esta ideología de como deben ser las relaciones de pareja.
Como conclusión cabe decir la típica frase de que, en esta vida, no todo es blanco y negro, que existe una gran escala de grises donde se encuentra lo realmente adecuado. Es sin duda un grito en contra de los estereotipos, de las falsas apariencias, de esa idea de buscar pareja porque parece que es el único camino posible para encajar, para ser feliz.
Más allá de este argumento, en mi opinión verdaderamente necesario, nos encontramos con una estética visual impactante, que nada más comenzar hace ver al espectador que no será una obra que nos dejará indiferentes. Además de algo que me parece realmente destacable, ese tono neutro que tienen los personajes al hablar, sin matices, sin emoción, que crean esa sensación de que el amor verdadero como tal, lleno de emoción y sentimientos, ya no existe en el mundo que el director nos presenta. Se ha convertido en un bien más, a la altura del status social, ya no es ese maravilloso sentimiento que puede llenar nuestro estómago de mariposas sino en una condición más para encajar, algo que se "debe" conseguir. Hay que olvidarse del que dirán, y centrarse en vivir.