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Voto de TOM REGAN:
6
5,4
6.667
Fantástico
La "Petrox Company" envía una expedición, dirigida por Fred Wilson, a la Micronesia con la intención de encontrar petróleo. Con ellos va Jack Prescott, cuyo objetivo es encontrar un monstruo prehistórico. Durante la travesía, se encuentran un bote con una mujer que se ha salvado del naufragio del barco en que viajaba con un productor de cine. Cuando desembarcan, descubren una gran empalizada, y dentro observan que unos nativos colocan a ... [+]
8 de junio de 2023
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125/08(09/05/23) Interesante revisión de la mítica epónima “King Kong”. Con motivo del 90 aniversario del estreno del film original (el 2 de marzo de 1933) de Merian C. Cooper & Ernest B. Schoedsack, me la volví a ver, y me decidí a ver las dos versiones oficiales de la misma que se han realizado, una es esta dirigida por el londinense John Guillermin en 1976, la otra es de Peter Jackson de 2005. Esta que me ocupa vive a la sombra pesada y lapidaria de la Obra Maestra primigenia, quiere poner al día (de inicio ya vemos que el blanco y negro es sustituido por el color) la historia haciéndola contemporánea con guión de Lorenzo Semple Jr. (“Los tres días del cóndor”), coetánea de su tiempo, cambiando el viaje exótico en vez de ser para hacer una película es organizado por una compañía de petróleo (Petrox) para extraer el preciado fuel de donde se supone una isla que tapa un inmenso maná negro, ello en paralelo a la crisis que hubo en 1973 con este elemento, asimismo también se cambia el mítico Empire State Building al que sube en el clímax el simio por las Torres Gemelas, a las que hoy día, 22 años después de su desaparición se miran con nostalgia, fueron inauguradas 5 años antes (duraron 3 décadas dominando el Sky Line de Manhattan), se cambian los biplanos por helicópteros militares, aunque la alteración más notoria con respecto a la primera es anular la frase final, sustituida aquí por el latido del corazón del animal. Intenta dar más profundidad a la relación entre el gigante y su anhelo humano, componiendo momentos turbadores, para ello también alarga el metraje de los 100 minutos del film de 1933 a los 135, ejemplo de tramos alargados es que en la original pasamos de la captura en la isla del mico a que este ya está en Nueva York, mientras en este hay un segmento en el navío con King Kong encerrado (aquí es verosímil el traslado en una cámara del petrolero, mientras en el barco de 1933 era físicamente imposible el viaje con la ‘bestia’), por el contrario en este la isla Skull es menos peligrosa, en la del 33 hay profusión de animales antediluvianos, y aquí solo aparece (aparte de King Kong) una gran serpiente. Aunque en esencia es la misma historia con claras influencias a “La Bella y La Bestia”, donde hay que crear un halo de misterio exótico en lo ignoto de hacernos creer que hay aun lugares desconocidos, no penetrados por el progreso. El film nace del deseo (lícito) del megalómano productor Dino De Laurentiis de hacer dinero con la puesta al día del mítico film, puedes preguntarte si era necesario.
Es una película desequilibrada, mucho mejor el argumento que el guion, me refiero a diálogos y caracterización de los personajes, el escenario en la isla Skull resulta lastimero en cómo se nota son interiores cuando se rueda de noche, estando en 1976 no han sabido por ofrecer un espectáculo de alguna jungla, como si les se les hubiera gastado la pasta con la bestia.
En la comparativa tenemos actuaciones low cost, como Charles Grodin, da vida a un guiñolesco arribista, no se le da oportunidad si tuvo su reflejo en la del 33 que tiene el honor de tener la última y lapidaria frase; Jeff Bridges, aun semi desconocido (solo había hecho interesante “Un botín de 500,000 dólares”), no puede hacer nada con un rol confuso, veletil, penoso, con relación grimante con su partenaire; y una debutante Jessica Lange, hasta entonces modelo en Nueva York que hace uno de las actuaciones primerizas más horribles han dado los anales del cine, gran mérito es que pudiera seguir haciendo cine y con ello dar grandiosas actuaciones que le han valido cinco nominaciones al Oscar, con dos ganados (por Secundaria en “Tootsie” y en Principal por su labor en “Blue Sky”). Aquí horrible, con unas poses, contoneos, carantoñas, es una parodia de una modelo posando, no ayuda que su personaje está ridículamente escrito, empezando ya por su aparición (en la del 33 tenía todo el sentido orgánico) como una naufraga que parece salida de los sueños húmedos de unos marineros solitarios (la vemos en un montaje estúpido con los marinos ofreciéndole su tópica vestimenta, para en otras escenas verla con ropa exclusiva de mujer, como un mono jean corto), moviéndose como una calientap…s ante los (siempre) salidos marinos, tiene sensualidad a borbotones, pero palidece ante la gran Scream Queen Fay Wray. La joven dice que fue salvada por el cine, más bien por no querer verlo, pues así fue a la cubierta del barco y con ello salvó la vida en el hundimiento, pero en la versión original tiene más substrato, pues no es que no le gustará ver cine, es que la peli que pusieron es (según voz original) la pornográfica “Garganta Profunda” (¿?), dando a entender quién era ella realmente.
Al igual que en la de b/n King Kong tarda bastante en aparecer, aquí casi una hora, y lo hace cual apisonadora arrasando árboles in motivo alguno (por cierto, si esto lo hace regularmente en la isla para recoger jóvenes que sacrifican en el lugar, como es que no hay camino ya marcado y los árboles han desaparecido?). Hasta entonces todo transcurre en modo aventuras a punto de estallar latentemente, un barco dirigiéndose a un lugar inexplorado, rodeado por una niebla permanente, al llegar a la isla hay un encuentro con una tribu en medio de una ceremonia frente a una Kolossal Muralla donde hay una impresionante puerta (como en la original esto no tiene sentido alguno despejada la incógnita del porqué del muro, solo si quieres visitas del dueño del otro lado), aunque si hay tensión ante lo enigmático.
King Kong acaba atrapando a su damisela rubia, y de la que se enamora perdidamente, llevándola consigo con la aparición grandiosa de la mano que la aprieta entre gritos femeninos, y a la que defenderá contra todos, perseguido por humanos, habiendo la mítica escena copiada de la original, espectacular, de los hombres que le persiguen suspendidos sobre un tronco de árbol, puente sobre un tajo que van cayendo frente al poder omnímodo del mono;... (sigo en spoiler)
Es una película desequilibrada, mucho mejor el argumento que el guion, me refiero a diálogos y caracterización de los personajes, el escenario en la isla Skull resulta lastimero en cómo se nota son interiores cuando se rueda de noche, estando en 1976 no han sabido por ofrecer un espectáculo de alguna jungla, como si les se les hubiera gastado la pasta con la bestia.
En la comparativa tenemos actuaciones low cost, como Charles Grodin, da vida a un guiñolesco arribista, no se le da oportunidad si tuvo su reflejo en la del 33 que tiene el honor de tener la última y lapidaria frase; Jeff Bridges, aun semi desconocido (solo había hecho interesante “Un botín de 500,000 dólares”), no puede hacer nada con un rol confuso, veletil, penoso, con relación grimante con su partenaire; y una debutante Jessica Lange, hasta entonces modelo en Nueva York que hace uno de las actuaciones primerizas más horribles han dado los anales del cine, gran mérito es que pudiera seguir haciendo cine y con ello dar grandiosas actuaciones que le han valido cinco nominaciones al Oscar, con dos ganados (por Secundaria en “Tootsie” y en Principal por su labor en “Blue Sky”). Aquí horrible, con unas poses, contoneos, carantoñas, es una parodia de una modelo posando, no ayuda que su personaje está ridículamente escrito, empezando ya por su aparición (en la del 33 tenía todo el sentido orgánico) como una naufraga que parece salida de los sueños húmedos de unos marineros solitarios (la vemos en un montaje estúpido con los marinos ofreciéndole su tópica vestimenta, para en otras escenas verla con ropa exclusiva de mujer, como un mono jean corto), moviéndose como una calientap…s ante los (siempre) salidos marinos, tiene sensualidad a borbotones, pero palidece ante la gran Scream Queen Fay Wray. La joven dice que fue salvada por el cine, más bien por no querer verlo, pues así fue a la cubierta del barco y con ello salvó la vida en el hundimiento, pero en la versión original tiene más substrato, pues no es que no le gustará ver cine, es que la peli que pusieron es (según voz original) la pornográfica “Garganta Profunda” (¿?), dando a entender quién era ella realmente.
Al igual que en la de b/n King Kong tarda bastante en aparecer, aquí casi una hora, y lo hace cual apisonadora arrasando árboles in motivo alguno (por cierto, si esto lo hace regularmente en la isla para recoger jóvenes que sacrifican en el lugar, como es que no hay camino ya marcado y los árboles han desaparecido?). Hasta entonces todo transcurre en modo aventuras a punto de estallar latentemente, un barco dirigiéndose a un lugar inexplorado, rodeado por una niebla permanente, al llegar a la isla hay un encuentro con una tribu en medio de una ceremonia frente a una Kolossal Muralla donde hay una impresionante puerta (como en la original esto no tiene sentido alguno despejada la incógnita del porqué del muro, solo si quieres visitas del dueño del otro lado), aunque si hay tensión ante lo enigmático.
King Kong acaba atrapando a su damisela rubia, y de la que se enamora perdidamente, llevándola consigo con la aparición grandiosa de la mano que la aprieta entre gritos femeninos, y a la que defenderá contra todos, perseguido por humanos, habiendo la mítica escena copiada de la original, espectacular, de los hombres que le persiguen suspendidos sobre un tronco de árbol, puente sobre un tajo que van cayendo frente al poder omnímodo del mono;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
… Está la batalla de Kong vs serpiente, canta demasiado es un juguete; sobre todo tenemos el añadido sobre la original, una erótica secuencia, King Kong lleva para lavarse a su ‘chica’ a la poza de una hermosa cascada, la bella se baña de modo entusiasta, la seca el gorila en una secuencia de resonancias claramente de acto sexual le da un ‘kingkongnesco’ soplido, el rostro de ella es orgásmico mientras se seca. Luego Kong juega de forma picarona con las mangas del escueto atuendo, haciéndole caer una y otra vez las mangas que ella vuelve a subir, en lo que es un flirteo más allá de lo esperado con claros efluvios de zoofilia.
La última parte en Nueva York (como en la original), convirtiendo a Kong en atracción de barraca estilo mercantil, lo más hortera posible escenificado, gran acierto caricaturizar esta aberración. Un escenario cutre con publicidad por todos lados, bailarinas, y para colmo al majestuoso King Kong sale de una bomba de gasolina gigante Petrox, espectáculo pasado de vueltas, con el Rey enclaustrado en un armazón de metal supuestamente indestructible, y por supuesto sabemos lo que pasará, y el caos cual maldición por el pecado de traer a la ‘civilización’ al ‘Dios’ de Skull Island se apodera de Manhattan. Hay otra escena traída de la primera con Kong asaltando un tren exterior por un puente, que abre cual lata de sardinas, provoca pavor y muertes en el interior, buena y escalofriante secuencia. A la vez huyen Dwan y Fred por la desierta ciudad, y sin sentido alguno ella le pide a él tomarse una copa. Y llega otro momento ridículo cuando Kong se hace con Dwan.
Para tener al final el zenit en la cima del mundo, entonces las Torres Gemelas del World Trade Center, aquí se le da un significado más de hondura cuando King Kong las ve como un reflejo de su isla, al verlas como dos montes de su tierra. Allí buscando hacer algo nuevo meten a soldados con lanzallamas en la cima, risible. Aparte de esto, hay que decir este tramo resulta intenso y dramáticamente emocional, este clímax es, sin ser el de 1933, muy satisfactorio, te toca la fibra, y yo no me considero fácil de emocionar.
King Kong es la gran estrella (extraño que en la isla lo llamen King Kong, tribu no contactada llama al mico en inglés ¿?), el rey de la isla del fin del mundo, bestia de instintos básicos que tiene su Talón de Aquiles en sus sentimientos de amor por la beldad de Dwan. Creado por Carlo Rambaldi, Glen Robinson y Rick Baker, en su mayor parte es Rick Baker con un traje de simio (fatalmente haciendo los gestos simiescos), Carlo Rambaldi creó cinco máscaras diferentes para transmitir diversas emociones. Se creó un Kong animatrónico de 12 metros (40 pies), costó £ 500,000, destinado a ser la pieza central de la película, pero apenas se usó debido a problemas técnicos, durante la filmación de la fuga de Kong en Nueva York, una tubería hidráulica dentro del gorila estalló. Como resultado, solo se ve en una serie de tomas breves que suman menos de 15 segundos, y el traje de simio se usó en la mayor parte de la filmación. En lo bueno es que los primeros planos del rostro exponen expresividad diáfana.
Destacar la estupenda cinematografía de Richard H. Kline (“Cuando el destino nos alcance”), compone planos exquisitos, y proyectando gran luminosidad, labor nominada al Oscar (perdió ante Haskell Wexler y su trabajo en “Esta tierra es mi tierra”); Como espléndida es la música de John Barry (creador entre otras muchas grandiosas bandas sonoras, de la mítica sintonía de la saga James Bond), aportando un dramatismo, intimidad, belleza, e intensidad por encima de lo que es la película.
Es irregular, desequilibrada en sus elementos, pero como entretenimiento es bueno, y con cambios con el original algunos ingeniosos. Gloria Ucrania!!!
PD. Ganó un Premio de la Academia de Logro Especial no competitivo a los Mejores Efectos Visuales.
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2023/06/king-kong-1976-interesante-revision-de.html
La última parte en Nueva York (como en la original), convirtiendo a Kong en atracción de barraca estilo mercantil, lo más hortera posible escenificado, gran acierto caricaturizar esta aberración. Un escenario cutre con publicidad por todos lados, bailarinas, y para colmo al majestuoso King Kong sale de una bomba de gasolina gigante Petrox, espectáculo pasado de vueltas, con el Rey enclaustrado en un armazón de metal supuestamente indestructible, y por supuesto sabemos lo que pasará, y el caos cual maldición por el pecado de traer a la ‘civilización’ al ‘Dios’ de Skull Island se apodera de Manhattan. Hay otra escena traída de la primera con Kong asaltando un tren exterior por un puente, que abre cual lata de sardinas, provoca pavor y muertes en el interior, buena y escalofriante secuencia. A la vez huyen Dwan y Fred por la desierta ciudad, y sin sentido alguno ella le pide a él tomarse una copa. Y llega otro momento ridículo cuando Kong se hace con Dwan.
Para tener al final el zenit en la cima del mundo, entonces las Torres Gemelas del World Trade Center, aquí se le da un significado más de hondura cuando King Kong las ve como un reflejo de su isla, al verlas como dos montes de su tierra. Allí buscando hacer algo nuevo meten a soldados con lanzallamas en la cima, risible. Aparte de esto, hay que decir este tramo resulta intenso y dramáticamente emocional, este clímax es, sin ser el de 1933, muy satisfactorio, te toca la fibra, y yo no me considero fácil de emocionar.
King Kong es la gran estrella (extraño que en la isla lo llamen King Kong, tribu no contactada llama al mico en inglés ¿?), el rey de la isla del fin del mundo, bestia de instintos básicos que tiene su Talón de Aquiles en sus sentimientos de amor por la beldad de Dwan. Creado por Carlo Rambaldi, Glen Robinson y Rick Baker, en su mayor parte es Rick Baker con un traje de simio (fatalmente haciendo los gestos simiescos), Carlo Rambaldi creó cinco máscaras diferentes para transmitir diversas emociones. Se creó un Kong animatrónico de 12 metros (40 pies), costó £ 500,000, destinado a ser la pieza central de la película, pero apenas se usó debido a problemas técnicos, durante la filmación de la fuga de Kong en Nueva York, una tubería hidráulica dentro del gorila estalló. Como resultado, solo se ve en una serie de tomas breves que suman menos de 15 segundos, y el traje de simio se usó en la mayor parte de la filmación. En lo bueno es que los primeros planos del rostro exponen expresividad diáfana.
Destacar la estupenda cinematografía de Richard H. Kline (“Cuando el destino nos alcance”), compone planos exquisitos, y proyectando gran luminosidad, labor nominada al Oscar (perdió ante Haskell Wexler y su trabajo en “Esta tierra es mi tierra”); Como espléndida es la música de John Barry (creador entre otras muchas grandiosas bandas sonoras, de la mítica sintonía de la saga James Bond), aportando un dramatismo, intimidad, belleza, e intensidad por encima de lo que es la película.
Es irregular, desequilibrada en sus elementos, pero como entretenimiento es bueno, y con cambios con el original algunos ingeniosos. Gloria Ucrania!!!
PD. Ganó un Premio de la Academia de Logro Especial no competitivo a los Mejores Efectos Visuales.
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2023/06/king-kong-1976-interesante-revision-de.html