122/19(15/03/09) Cinta de las que se suelen llamar de culto. Resulta una rareza difícil de catalogar, es una comedia negra, pero negra negrísima, una historia de amor atemporal, entrando más en lo platónico que en lo carnal, es una crítica la sociedad, poniendo patas arriba todas las normas establecidas. Me da la impresión que David Fincher se inspiró en este film para su "Club de la lucha", pues tiene bastantes paralelismos, como es la rebelión ante lo establecido, en el “Club …” el protagonista donde se siente cómodo es en los grupos de terapia de enfermedades graves y en “Harold …” es en los funerales y en estos lugares los dos encuentran su media naranja.

El argumento gira en torno a un muchacho, Harold (Bud Cort), obsesionado con la muerte, que pasa el tiempo poniendo de los nervios a su madre, Mrs. Chase (Vivie Pickles), fingiendo suicidios de todo tipo y que se siente a gusto funerales en los que ni siquiera conoce al muerto, es aquí donde conoce a Maud (Ruth Gordon), una casi octogenaria mujer, un alma libre que se siente a gusto haciendo lo que le viene en gana y con la que Harold se siente cómodo.

El film es un canto a la vida, a la libertad del ser humano, una oda al amor que no tiene edad. La obra está plagada de escenas brillantes demostrando su director Hal Ashby gran maestría, con la ayuda de un punzante guión de Colin Higgins ("El expreso de Chicago"), valgan como botón de muestra las de los suicidios, cargadas de mala leche, así como las que enfrentan a Harold a su tío militar, recordando a las del Dr. Strangelove en “Teléfono rojo”, que resultan una maravillosa crítica a la guerra, en este caso a la del Vietnam.

No puedo dejar de mencionar su bonita banda sonora del otrora gran músico Cat Stevens, cubre la cinta de canciones nos meten de lleno en los setenta.

Los protagonistas Bud Cort (Increíble su parecido con Camilo Sexto) y Ruth Gordon poseen una química extraña con la que hacen verosímil su relación.

Recomendable a todos los amantes de rarezas que seducen. Fuerza y honor