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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Serie de TV. Documental Serie de TV (2015-2024). 12 episodios. Trozos de un cadáver son encontrados en la bahía de Texas. Los investigadores siguiendo la pista dan con un millonario de una poderosa familia neoyorquina. (FILMAFFINITY)
16 de noviembre de 2016
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
213/08(13/11/16) Muy atractiva y sugestiva miniserie documental realizada por Andrew Jarecki (nominado al Oscar por otro documental “Capturing the Friedmans”) para la prestigiosa cadena HBO, unos adictivos y vibrantes seis episodios que ahonda con mordacidad en la misteriosa vida de Robert Durst, descendiente de una millonaria (por bienes inmobiliarios) familia neoyorkina, un intrigante tipo sospechoso durante su agitada vida de tres asesinatos. Los productores Andrew Jarecki y Marc Smerling pasaron siete años investigando sobre estos turbios acontecimientos, teniendo su zenit en las entrevistas que realizaron al singular Bob Durst, más de 20 horas fueron filmadas. Todo comenzó en 2012, los productores Jarecki y Marc Smerling fueron contactados por Durst, quien pidió ver la película que estaban haciendo sobre su caso, "All Good Things", con Ryan Gosling y Kirsten Dunst, accedieron y de este modo comenzó su relación con Bob, que derivó en el documental y entrevistas. La serie indaga con gran ritmo y vigor narrativo en tres casos en los que está envuelto Bob, la desaparición en 1982 de su esposa, Kathie, en el asesinato de la escritora Susan Berman (gran amiga de Bob) en 2000, y en la muerte y descuartizamiento del vecino de Durst, Morris Black en Galveston, Texas en 2001. Se utiliza una amplia gama de material de archivo existente incluyendo imágenes de noticiarios, pruebas policiales, entrevistas a conocidos, a agentes que investigaron, a fiscales, abogados, secuencias ficcionadas de los hechos, esto mezclado con las turbadoras entrevistas a Bob Durst, tipo contradictorio, frío, complejo, enigmático, un laberinto dentro de un crucigrama.

Un notable ejercicio de estilo que atrapa en sus inquietantes redes, haciendo un estudio de personaje impresionante, un Robert Durst insondable, gélido, imperturbable (aparentemente), haciendo que la gran pregunta que sobrevuela cada episodio se haga más y más confusa, es un asesino o un gafe, con muy mala suerte para las personas que están cerca de él. Una personalidad extraña, singular, pétrea, nunca sabrás si es un villano, por lo que todas las pruebas apuntan, o un perdedor con mal agüero. Mostrando la serie las raíces de un tipo introvertido, cerrado, imprevisible, una especie de juguete roto por la crueldad de su padre, Seymour, este le obligó con 7 años a presenciar una noche el suicidó de su depresiva madre Bernice (a la que Bob adoraba), a quien no iba a afectar mentalmente esto? asimismo el patriarca le quitó el liderazgo de la empresa familiar a favor de su hermano menor Douglas (recuerda esto a “El padrino” cuando Vito dejó el “negocio” a Michael, el menor en detrimento de Fredo), quedando marginado de la compañía (esta es la que gestiona la Liberty Tower), además de repudiado por su hermano ahora jefazo, para a continuación a lo largo de cada episodio mostrarnos un amplio espectro de este microcosmos en el que se mueve el protagonista, su tormentosa relación con su esposa Kathy, su desaparición sin pista alguna, con sus posteriores declaraciones contradiciéndose una y otra vez, su autoexilio a Galveston (Texas), la posterior acusación de asesinato, el juicio, el homicidio de Susan Berman, y de cómo este disfuncional tipo consigue sortear las dificultades, mayormente por aquello de “tanta justicia tendrás como puedas pagar”, ello hasta desembocar en un último episodio de un clímax arrollador, donde la realidad supera a la ficción, de hecho este final se hizo tan famoso que apareció en los telediarios.

Todo es relatado con brillantez narrativa, escarbando en la complicada psique humana, en sus sombríos vericuetos, sin posicionarse el realizador, desde una perspectiva objetiva, pero contando los hechos con múltiples matices y aristas, haciendo un ágil recorrido a lo largo de varias décadas, haciéndonos empatizar con la historia, sabiendo dosificar el relato dramático con dosis perversas de humor, periodismo de investigación que te mantiene alerta ante cada movimiento, haciéndote desear terminarla una vez que has empezado.

El fuerte de la serie es la impactante presencia en las entrevistas de Bob Durst, es el que eleva la fascinación de los capítulos, el modo en que se expresa, en que tiene esos tics, esos ojos reptilianos, su comportamiento distante con lo que cuenta, como si no fuera con él, parece asentimental, sin mostrar emoción alguna, a pesar de lo que cuenta, no parece mínimamente afectado, más bien seguro de sí mismo, tipo de físico frágil, de modales exquisitos, pero que es capaz de contar con frialdad que pegaba a su mujer, pero total, eran los años setenta (¿?), no se sabe si es ingenuo, arrogante, sociópata, o un “jinx”. Destacaría la corta pero impresionante presencia de su segunda esposa Debrah Lee Charatan, todo un personaje que hubiera merecido más tiempo por conocerla, demostrando tanta gelidez como su marido, diciendo subrepticiamente que se casó con él para no delatarlo.

Tara del documental es el abuso que se hace de las recreaciones dramáticas, esto incurre en manipulación hacia el espectador y aporta nada, cayendo en muchos maniqueísmos visuales por esto. También encuentro que en muchos tramos se redundada demasiado, estancándose en algunos tramos, como queriendo rellenar tiempo contratado, aunque no llega a aburrir. Tampoco me es de recibo el tono de la cabecera, desvía de la atención, banaliza los asesinatos, los encuadra en una especie de thriller de la alta sociedad, resta realismo y puede llevar a engaño con lo que veremos, aunque el tema que se oye “Fresh blood” de los Eels es muy enérgico, pero no adecuado (en mi modesta opinión)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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