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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Comedia. Fantástico Investigando para su nueva novela, Charles invita a cenar a su casa a Madame Arcati, una médium. Pero, para su sorpresa, a partir de esa sesión de espiritismo a Charles se le aparece su difunta esposa Elvira. Ruth, su actual mujer, cree que Charles se está volviendo loco hasta que su esposo llega a demostrarle la presencia de Elvira. A partir de ese momento la vida de Charles se convierte en un autentico disparate debido a la rivalidad ... [+]
11 de noviembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
366/10(10/11/22) Decepcionante comedia dirigida por David Lean, esperaba mucho más que este pellizquito de monja ursulina sin capacidad de ser mordaz, y eso que tenía potencial para ello. Era un film que tenía lejano en mi memoria y he decidido recuperarlo como parte de completar la filmografía del cineasta londinense creador de obras tan reconocidas como “El puente sobre el rio Kwai”, “Lawrence de Arabia” o “Doctor Zhivago”, o la misma que realizó este mismo año 1945, “Breve encuentro”. Pero me he encontrado con un film que agota su fuelle en el primer tercio, y solo me queda para el resto disfrutar de alguna frase medio punzante, y de la gran secundaria aquí Margaret Rutherford (la eterna Miss Marple de cuatro películas en los 60). Es una comedia fantástica británica con guion del propio Lean, junto a Ronald Neame (también cinematógrafo del film) y Anthony Havelock-Allan (“Breve encuentro” o “Cadenas rotas”), adaptando la obra teatral homónima de 1941 del actor/director/productor y dramaturgo Noël Coward, cuyo título se deriva de la línea " "Hail to thee, blithe Spirit! Bird thou never wert" del poema "To a Skylark" de Percy Bysshe Shelley. Repiten de la obra teatral Kay Hammond y Margaret Rutherford, junto con Rex Harrison y Constance Cummings en papeles principales de Charles y Ruth Condomine.

Es una historia que tras el impacto de la aparición del espectro de la antigua esposa del protagonista hay poco más que decir, apenas hay algún chiste ingenioso sobre el pícaro jugo que se puede sacar, sobre ménage à trois (solo Charles diciéndole a Ruth lo divertido que podrían pasar los tres mientras Elvira está tirada en su cama, pero esto es un oasis en medio del desierto de ideas productivas), necrofilia, infidelidades con tu propia esposa, pero todo resulta demasiado liviano y casto, mucho bla, bla, bla sin ir a lado alguno, en circunloquios insípidos, queriendo radiografiar la vida marital se quedan en los tópicos más incoloros. Ejemplo notorio de esto es que el autor de la obra, Noël Coward, al ver la película terminada le dijo a Lean: "Cómo diablos jodiste lo mejor que he hecho?".

La procedencia teatral se nota bastante, pues las veces que salen del centro que es la casa del peculiar trío se notan innecesarias. Esto no sería malo si se diera ritmo y fluidez con diálogos agudos, lo que se espera de una screw-ball o guerra de sexos. Pero todo aquí aparece una idea de inicio a la que se le dan vueltas sin destino alguno, y cuando se deciden resulta todo incongruente, caótico y un insulto a la razón como comentaré en spoiler.

Las actuaciones resultan erradas de tanta flema inglesa que se le quiere dar acaba trasladando al espectador distancia gélida, importándome entre la nada y el zero lo que les pase a estos naif personajes, donde Kay Kammond tiene un papel muy goloso que debería hacer sido una especie de Bitelchus femenino, aquí resulta un quiero y no puedo. Solo se salva de la ‘quema’ la mencionada Rutherford, notable en su excéntrico rol, robando escenas desde el comienzo con su entrada en pantalla en bici, con su brío y nervio se come a todos los que le enfrentan, una médium adorable en su vitriolidad. Llegamos a su rush final y ya me he despegado de la narración, desembocando todo en una coda que el autor Coward dijo habían arruinado la mejor obra que jamás había escrito.

Los efectos visuales de Tom Howard ganaron el Oscar, pero incluso para 1945 resultan poca cosa, es ver a Kay Hammond cual ectoplasma vestida de verde con trajes fosforitos, iluminada de modo especial, con algunos trucos de cosas que levitan y ya está. Muy pobres, y más si se comparan con los de la coetánea "Song of the South" de Disney, donde los humanos y los toons compartían pantalla de modo fluido.

Para darle algo de chicha al relato se sacan de la manga un plan asesino del espectro de la difunta esposa, pero esto se siente como una buena idea que con los giros que acontecen resulta un timo*, amén, de que lo que da de sí no se explota para hacerlo o ingenioso o divertido, se expone de forma torpe y apresurada, sin tiempo a dejar algún poso o gag con el que esbozar mínimamente una sonrisa. Llegamos a la última parte con dos muertas/afantasmadas, y esto se aborda de modo aséptico, de hecho, una de ellas desaparece sin saberse por qué. Tenemos una arbitrariedad chusca en el quien ve a los fantasmas y quien no. Hay un cambio brusco de la nada en que pasamos de ver plácidamente charlando al fantasma con el ‘viudo’ y de repente ya está aburrida, hastiada, y desea volver a su inframundo, sin saberse que tiene este otro lugar para querer volver.

Todo ello en una filmación rutinaria, sin gracia alguna, si acaso, por destacar algo, tenemos a la fotografía de Neame que en medio de la sesión Madame Arcati sale de pantalla, y vemos a su sombra iluminada por el fuego que baila y crece y se encoge a lo largo de la pared. sobresaliendo las tomas estáticas propias de la filmación de obras de teatro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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