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Un espíritu burlón

Comedia. Fantástico Investigando para su nueva novela, Charles invita a cenar a su casa a Madame Arcati, una médium. Pero, para su sorpresa, a partir de esa sesión de espiritismo a Charles se le aparece su difunta esposa Elvira. Ruth, su actual mujer, cree que Charles se está volviendo loco hasta que su esposo llega a demostrarle la presencia de Elvira. A partir de ese momento la vida de Charles se convierte en un autentico disparate debido a la rivalidad ... [+]
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
12 de noviembre de 2007
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tema de los espíritus y los triángulos amorosos pocas veces se han tratado de una forma tan divertida y elegante como en esta película. Los diálogos son muy ágiles e ingeniosos (puede recordar al Ser o no ser, de Lubitsch) y las secuencias se hilvanan en un discurso lógico y transparente. La escenografía, la actuación, el hablar de los personajes, se enmarca en el ambiente educado de la alta comedia. Las interpretaciones son notables, tanto la del impertubable y cínico Charles (Rex Harrison) como las de sus dos mujeres, Ruth y Elvira (Constance Cummings y Kay Hammond), sin olvidar a la chapucera médium Madame Arcati (Margaret Rutherford). Merece mucho la pena ver la película, si es posible en una versión restaurada, ya que el sistema de color se resiente del paso del tiempo (se aprecia aun así el magnífico trabajo de Tom Howards, ganador del Oscar a los mejores efectos especiales por esta película en 1947); y el doblaje al castellano, sin ser de los peores de la época, resulta bastante plano.
El guión, realizado por el polifacético Noel Coward, es francamente bueno. Compárase con la muy parecida y más reciente La muerte os sienta tan bien, de 1992. Mejores medios para los efectos; pero mucha menos gracia. Que no caiga en el olvido.
granganga
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30 de noviembre de 2009
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuesta imaginarse a David Lean totalmente cómodo en esta amena y ágil comedia que una vez más surgió de la pluma de Coward, aunque la trama -un matrimonio que tras una sesión espiritista comienza a ser acosado por el fantasma de la esposa anterior del marido- se desenvuelve con fluidez y encanto, y no deja de sorprender la naturalidad con que se incorpora el elemento fantasmagórico, que pudo resultar tan ridículo en otras manos. El realizador intenta disimular los orígenes teatrales de la historia, dándole un carácter más cinematográfico en la forma que está filmada y recurriendo a locaciones en exteriores para ciertas escenas, si bien no siempre logra evitar el academicismo y algo de rigidez, y que en determinados momentos clave la palabra amenace con predominar sobre la imagen.

Aunque se dice que Coward no quedó muy conforme con el resultado de este traslado de su pieza al cine, esta incursión leaniana en la comedia ligera y sofisticada conserva buena parte de los elementos más destacados del autor teatral, especialmente los diálogos agudos y mordaces y el humor socarrón, en el que siempre queda al descubierto la crítica y observación en torno a la sociedad británica. Y de todos modos, Lean empieza a confirmar uno de sus rasgos más característicos, la habilidad e inteligencia para ser un gran director de actores: hay muchos momentos que descansan en el lucimiento histriónico del elenco, encabezado por un joven y eficaz Rex Harrison y con una divertida Margaret Rutherford, que se roba la película interpretando a la parlanchina y excéntrica Madame Arcati. Sin dudas sorprende la evolución que el cineasta experimentaría entre este refinado divertimento de reducida trascendencia, y su próxima película, "Breve encuentro", considerada por los críticos como su primera obra maestra, y uno de sus títulos más memorables. ¿De qué manera consiguió superar la influencia del maestro que lo ayudó a dar sus primeros pasos como director (Coward), y alcanzar un sello propio y personal, incluso aunque volvía a adaptar un texto suyo? Misterios del talento…
Lawrence
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7 de octubre de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercera película dirigida por David Lean y sigue apareciendo en el cartel el nombre destacado de Nöel Coward. Y es que las obras novelísticas y teatrales de éste seguían aún muy por encima del éxito conematográfico de Lean. Aunque no nos vamos a quejar, porque los dos siguen de la mano, y donde uno pone la inventiva y crea una historia, el otro pone la cámara y nos siguen ofreciendo buenas películas. Como he dicho, ésta es la tercera y, de nuevo, cae un cambio de registro, se pasó anteriormente por el género bélico, el drama familiar y aquí paramos en la comedia, para seguir después, con bastante más éxito ya, con la cuarta -y definitiva- Breve encuentro, un drama romántico.

Esta película es de lo más simple, y creo que incluso puede serlo demasiado. Se trata de un escritor que quiere documentarse, para escribir una novela, sobre invocaciones del más allá, y, para eso, organiza una pequeña cena con unos amigos y la anciana/loca/bruja del pueblo. Ahí la han liado, porque la que viene no es ni más ni menos que la ex-mujer, por error, Dios nos libre. Y desde aquí ya no contaré más, pero es que tampoco pasa mucho más, en una hora que le queda parece que se queda como algo muy diluido; evidentemente sí que pasan cosas, algunas bastante divertidas, pero da esa impresión.

En cuanto al tipo de comedia, he de decir que esperaba reírme más, pero de todas maneras me pude adaptar a lo que ofrecía la película y lo pasé bien. Que nadie espere soltar carcajada tras otra que irá muy equivocado, es más tirando hacia una comedia sofisticada con ese toque de fantasía. Y, pensándolo bien, tampoco tiene muchos puntos medios, la mayoría del tiempo o es algo plano o aparecen unos puntazos que recogen otra vez las ganas de verla que se podrían ir desvaneciendo. He de destacar, en Spoiler, eso sí, el último minuto.

Ese final me hizo que acabara con la risa en la cara, que siempre sube puntos en la sensación del acabar. Así que, con todo, lo dejaremos con el calificativo de "Agradable comedia", donde es probable el reír mucho, de calidad, no de cantidad, pues hay pocos chistes en verdad, pero la sonrisa y esa sensación agradable mientras la ves es difícil de quitarsete.

Rex Harrison lleva muy bien su papel de personaje de altas esferas, muy elegante, como suele hacer. Las dos mujeres hacer muy bien su interpretación, cada una por su lado, bastante diferentes, pero se nota en sus bromas/discusiones matrimoniales. Pero la jefa de la película es Margaret Rutherford, en su papelazo de vieja de la ouija que va en bici a todas partes y entra en trance en sus invocaciones, sin duda el punto fuerte entre personajes.

Sigo abajo, los dos primeros párrafos no son spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Xiry
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23 de noviembre de 2014
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Un espíritu burlón” es una película de un genio del cine británico, David Lean, autor de filmes de leyenda, de obras maestras indiscutibles y que han ocupado no poco espacio en nuestra memoria. ¿Quién no recuerda a Peter O’Toole túnica blanca al viento danzando majestuosamente sobre el techo de un tren en medio del desierto? ¿Quién no recuerda esa entrañable estación de tren británica en la que el azar hace que un hombre y una mujer inicien un amor tan intenso como prohibido? ¿Quién no es capaz de recrear en su cabeza un desfile de prisioneros británicos silbando al unísono camino de su campo de internamiento japonés en las selvas de Thailandia? ¿Quién no podría retratar fielmente la carga de la caballería rusa sobre los manifestantes que piden pan en las calles de Moscú mientras los opulentos burgueses cenan en sus clubes privados? ¿O las muecas extrañas de John Mills y el rostro duro de Robert Mitchum en La hija de Ryan? Entre su filmografía menor, destaca esta pequeña joya de la comedia, realizada antes de su magistral “Breve encuentro”, una comedia hilarante en la que el ingenio y los diálogos chispeantes, agudos e irónicos campan a sus anchas.

La película cuenta la historia de Charles (Rex Harrison), un escritor que busca información sobre el ocultismo para su novela. Para conseguirla, él y su segunda esposa, Ruth invitan a cenar a Madame Arcati, que es o dice ser una experta en temas esotéricos. Por supuesto que ni Charles ni su esposa creen en esas tonterías, así que esperan divertirse bastante con la excéntrica Madame Arcati. Madame Arcati hace su “mise-en-scene”, que por supuesto no tiene ningún resultado…. ¿O sí?… ¿Cómo es que la primera esposa de Charles, la pícara Elvira, muerta hace siete años, aparece en forma de fantasma, y qué es lo que está tramando…?

Fantástico Rex Harrison en el papel de marido al que una muerta bastante particular le vuelve entre los vivos para atormentarlo sutil y sibilinamente, pero la que realmente está que se sale es Margaret Rutherford, ella es la que tiene las mejores frases, protagoniza las mejores secuencias y realiza un despliegue cómico entre el gag y el humor negro que pocas veces puede verse en el cine personificado en una actriz, está sencillamente magistral y es uno de los grandes alicientes para disfrutar con la película.

Comedia deliciosa, agradable, inteligente, muy aguda y de ritmo vertiginoso. Especialmente destaca la utilización de unos efectos especiales puramente artesanales que obtuvieron el Oscar en los premios de la Academia de ese año y que resultan verdaderamente sorprendentes para una película en color de 1945. Pero sin duda son los actores, especialmente Rutherford, y la facilidad con la que encajan en el tratamiento ligero, irónico, agudo, un tanto cínico de la trama los que elevan la película a la categoría de una de las mejores comedias inglesas jamás filmadas. Una hora y media de entretenimiento inteligente, buenos diálogos y buenos actores de la mejor tradición británica.
Juan Marey
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22 de noviembre de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Lean ya consolidó su carrera en una primera etapa en el Reino Unido, país de origen de un director que Hollywood aún le debe mucho pese haber confiado en él en grandes superproducciones como “Lawrence de Arabia” (1962), “Doctor Zhivago” (1965), “La Hija de Ryan” (1970) o incluso “Nostromo”, que aunque la tíbia acogida de “Pasaje a la India (1984) quería emprender un proyecto que quedó truncado al fallecer en 1991.

En ese primer período inglés firmaría una de los clásicos más conocidos del drama romántico, “Breve Encuentro” (Brief Encounter, 1945) donde la emoción y las lágrimas no daban tregua en esa historia de dos almas gemelas que se conocen en la cafetería de una estación de tren y emprenden un viaje sentimental imposible a sus asentadas condiciones.

Pero Lean ya se desenvolvía muy bien en un género radicalmente distinto como es la comedia y un par de años antes adaptó una obra de Noel Coward en el que somos partícipes del sainete sobrenatural en cuestión y como un espectro le hace la vida imposible a un vivo sufridor. Y eso es lo que le ocurre a Charles Condomine (Rex Harrison), un escritor de novelas de misterio que, después de quitarse el luto de viudo, se vuelve a casar con Ruth (Constance Cummings), una mujer algo posesiva pero que en principio no se entromete en las tareas profesionales de su querido esposo. Para ello ya se encargará la difunta primera esposa Elvira (Kay Hammond) cuyo fantasma es invocado por accidente en una amena sesión espiritista. A partir de allí todo serán recriminaciones e indirectas, amén de otras situaciones cómicas que hacen pasar una agradable velada para el espectador, y una horrible pesadilla para un hombre que intenta entender porque tiene que ser el foco de atención de la rivalidad entre dos mujeres; una viva y otra muerta.

Una comedia sencilla y muy divertida. Recomendable para quienes gusten del buen cine sacado del buen teatro.
Natxo Borràs
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