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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Fantástico. Drama Una mujer (interpretada por la propia Maya Deren) explora sus propias imágenes interiores, a través de un sueño, donde los objetos ordinarios de su vida diaria consiguen un misterio sobrecogedor. Deren (1917-1961) explicó que quería "plasmar en la película la sensación que experimenta un ser humano sobre un incidente, más que grabar el incidente con precisión". Codirigido con su marido, el director de fotografía Alexander Hammid, ... [+]
18 de marzo de 2024
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64/03(03/03/24) Sugestivo cortometraje silente surrealista, cine experimental o de arte y ensayo, todo ello y más son estos poco más de 13 minutillos con más de 80 años. La película fue producto del deseo de Deren y Hammid de crear una película personal de vanguardia que abordara la psicología compleja, como las películas surrealistas “Un Chien Andalou” (1929) y “L'Age d'Or” (1930) de Salvador Dalí y Luis Buñuel. La impresión original no tenía partitura. Sin embargo, en 1959 el tercer marido de Deren, Teiji Ito, añadió una partitura musical influenciada por la música clásica japonesa. También tiene efluvios a la película “Le Sang d'un poète” (1932), introduciéndonos en un punto de vista subjetivo, comparten mismas imágenes en muchos casos, aunque Deren afirmó repetidamente que nunca había visto la película y negó cualquier influencia de Cocteau. Como toda obra surrealista está abierta a múltiples interpretaciones, los exégetas buscan respuestas al tsunami de simbolismos, ello acudiendo a fuentes de los gurús Freud o Jung, buscando reflejos sobre la búsqueda de la identidad o sobre la sexualidad latente, ello teniendo en cuenta que Deren dijo sobre los ‘símbolos’ de su obra: "cuyo valor y significado están definidos y confirmados por su función real en el contexto de la película en su conjunto".

Una mujer (Maya Deren) ve a alguien en la calle mientras camina de regreso a su casa. Va a su habitación y se queda dormida en una silla. Tan pronto como duerme, experimenta un sueño en que intenta repetidamente perseguir una misteriosa figura encapuchada con un espejo por rostro, pero no puede atraparla. Con cada fracaso, vuelve a entrar a su casa y ve numerosos objetos domésticos, entre ellos una llave, un cuchillo de pan, una flor, un teléfono y un fonógrafo. La mujer sigue a la figura encapuchada hasta su dormitorio, donde ve que la figura esconde el cuchillo debajo de una almohada. A lo largo de la historia, ve múltiples instancias de sí misma, todos fragmentos de su sueño que ya ha experimentado.

No es mi tipo de cine favorito, una cinta tan críptica me puede ganar por la fuerza de sus imágenes, por la inventiva en sus secuencias extrañas, pero no me emociona, no remueve mi conciencia, pero alabo la creatividad que hace que haya gente que se devane los sesos buscando significado filosófico a cualquier escena, yo me niego a entrar en este juego, o me entra de lleno lo que veo o paso a otra cosa. Me resulta hipnótico como se repiten las escenas de pequeñas diferentes formas en este corto, como la pesadilla se convierte en una especie de matrioshka donde la protagonista termina viendo sea ella misma cual doppelgänger dentro de la pesadilla en subjetivo y como parece que una ensoñación tras otra no es capaz de escapar a su propia muerte, a la que asiste como espectadora pasiva, pero me niego a buscar significado al periódico tirado en el suelo de la vivienda.

Es una estructura circular, donde los elementos cual ‘Día de la marmota’ se reiteran (la flor a la entrada de la casa, la llave que cae, la llave que sale de la lengua, una puerta abierta, un cuchillo en una barra de pan, un tocadiscos, una figura misteriosa con un espejo para una cara, un teléfono descolgado y un océano), todo con cambios de enfoque, con slows (esas escaleras que se convierten en interminables), con edición fragmentada, con manejo de expresionismo en las sombras y los contrapicados, haciendo de la cámara el mismo cuerpo en una escena chocando contra paredes.

Es un corto que impregna de incomodidad turbadora al espectador (ósea, yo), proyecta inquietud, como alguien queriendo escapar a su destino no querido, ello con sugerencias abstractas como ver a la mujer que se desliza por las paredes y techo cual si ya no existiera la Ley de la Gravedad, provoca sensaciones como cuando vemos que la flor depositada sobre la almohada de una cama se transforma en un cuchillo, en este cuchillo vemos el reflejo alterado de la protagonista. Imágenes que se pueden enroscar al sub consciente por su carga onírica psicológica, donde atisbo una reflexión amarga sobre la muerte (la figura ataviada de negro con rostro de espejo que por supuesto representa al reflejo ¿?) o peor aún, sobre el suicidio. A quien representa el espejo termina rompiéndose en tropecientos pedazos por tanto… (*spoiler). Quedándome una radiografía agria de la desesperación de alguien atormentado y angustiado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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