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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
4
Drama La película narra las peripecias de don Juan Tenorio, un joven caballero entregado a una vida desenfrenada de apuestas, amoríos y duelos. Don Juan hace una terrible apuesta con otro caballero para ver cuál de los dos consigue hacer impunemente más fechorías en el plazo de un año. Pero la apuesta más temeraria de Don Juan consiste en seducir a doña Inés, una joven novicia, y a la prometida del otro caballero. (FILMAFFINITY)
9 de noviembre de 2022
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365/09(09/11/22) Con motivo del Día de Todos los Santos he hecho algo muy tradicional en España, al menos hace años, como es ver “Don Juan Tenorio”, en este caso en una película, aunque en realidad es teatro filmado, amén de actuaciones tan histriónicas como sobreactuadas. Película que cumple este año 70 desde su estreno, dirigida y guionizada por el madrileño Alejandro Perla (fue ayudante de dirección o director de segunda unidad de importantes producciones rodadas en España: Lawrence de Arabia, Cleopatra, La caída del Imperio Romano, La batalla de las Ardenas o La batalla de Inglaterra), adaptando el clásico drama romántico español del vallisoletano José Zorrilla publicado en 1844, siendo protagonista un desmesurado Enrique Diosdado que dota a su playboy vintage de un aura de oralidad fastuosa, con una expresividad muy deudora del lenguaje teatral, muy pomposa para el medio cinematográfico. Como la novicia Inés está Mari Carmen Díaz de Mendoza, con apenas un par de escenas, muy meliflua y blandita, adolece de capacidad para encandilar lo que debiera para su periplo se nos haga empático. Si está muy bien José Mª Rodero como el rival del protagonista, Don Luis Mejía, estupendo en el enfrentamiento del inicio en la taberna.

Es un film muy plano en la puesta en escena, con una cámara estática, con mucho plano general, cual si fuéramos espectador en la platea de un teatro. Solo sobresale que los decorados bizarros son obra de Salvador Dalí, pero los encuentro fuera de lugar, me sacan de la acción, aparatosamente descolocantes, también responsable del vestuario, que me son una astracanada, ejemplo esos seres que siguen al comendador cubriéndolo de hilos (¿?), o esas monjas con rostro de visillo, unas ideas esperpénticas.

Una obra que al no tener asideros estilísticos que la hagan fluida se me hacen bola los continuos ripios en verso, termina por producirme tedio. Si quiero teatro voy al teatro, y si quiero cine pues me pongo a ver cine, y esto no lo es.

Por supuesto que en la cinta están presentes los temas remanentes a la obra sobre el egoísmo, el honor, el machismo, el narcisismo, la muerte, y sobre todo la pureza del amor. Pero esto me llega de modo muy denso.

Esta genial obra de Zorrilla merece una gran película, pero esto se hace de esperar. Gloria Ucrania!!!
TOM REGAN
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