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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Comedia Después de treinta años de cárcel, dos viejos gángsteres consiguen la libertad condicional. Decididos a reanudar su vieja vida, organizan el asalto del mismo tren, por el que fueron capturados y enviados a prisión. (FILMAFFINITY)
18 de febrero de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
33/10(17/02/20) Tras el reciente fallecimiento del mítico actor Kirk Douglas me veo en la obligación de dedicarle mi humilde tributo a través de una crítica de una de sus actuaciones. Como ya he hecho en FA la de sus mejores películas “Carta a tres esposas”, “El trompetista”, “El gran carnaval”, Cautivos del mal”, “El loco del pelo rojo”, “El último tren de Gun Hill”, “Senderos de gloria”, “Spartacus”, “Vikingos”, “Duelo de Titanes”, “Siete días de mayo”, “Dos semanas en otra ciudad”, “Un extraño en mi vida”, o “El día de los tramposos”. Me he decidido por un film menor, uno de sus últimos protagónicos, donde se nota disfrutó, se ríe del estereotipo creado a lo largo de los años de sí mismo, muestra una musculatura que causa envidia a sus juveniles 66 años, y asimismo supuso la séptima y última colaboración con su gran amigo Burt Lancaster (comenzó en 1948 con “I walk alone” y acabó con esta; Douglas siempre recibió una segunda factura bajo Lancaster, pero, con la excepción de I Walk Alone, en la que Douglas interpretó a un villano, sus papeles eran más o menos de igual importancia), demostrando entre ambos una química que supera las barreras de un pueril guión de James Orr y Jim Cruickshank, y que sortea bastante la rudimentaria dirección del mediocre Jeff Kanew. Es una comedia de acción superficial, donde todo sucede de modo naif, en base a una estructura de cuasi-viñetas, donde el paternalismo con que el realizador trata a las dos leyendas es su peor enemigo, pues los delinea sin aristas, sin matices, sin reflexiones morales, sin miedos, sin siquiera hacer una reflexión sobre los 30 años pasados en prisión, es como si en vez de haber estado entre rejas hubieran estado en coma. El argumento juega con el choque generacional de dos tipos de los 50 en plenos 80, ello con recursos que en muchos casos (pero en muchos) se pasan de rosca hasta dar grima (ejemplo el pase de modelos ‘payasescos’ de Kirk Douglas ante un monitor; o la sonrojante escena de un policía echando del césped de un parque a Lancaster, pero que a continuación el karma hace que a este agente le caiga mierda de pájaro en su traje [humor inteligente?]), haciendo de este tándem unos seres indestructibles, dos héroes enfrentados a un mundo decadente, acaban con un asalto a un banco, destrozan a una pandilla de macarrillas, uno es el líder de una revuelta en el geriátrico (muy a lo “Oliver Twist”), reivindican el sexo en la tercera edad (otra pasada de vueltas sonrojante es el romance exprés entre Kirk y una bella jovencita monitora de aerobic), se rien de los bares gays, pero todo en un aire distendido y muy ligero, donde nada es ni mínimamente filtrable en lo serio. Hay una loa a la tercera edad reivindicable, pero compuesta en machetazos esquemáticos triviales, cual slogan vacío de contenido.

Pero esto es perdonable, pues se nota que es un producto sin más intención que el reunir a estas dos leyendas en dos papeles elegiacos cortados como sus trajes, a medida de hacer sátira de sus roles clichés de tipos rudos indestructibles, ni el otoño de la vida puede con ellos. Un relato embestido de nostalgia, pero no de tristeza, siendo un canto a la vida, a ser entusiasta con ella (carpe diem), un entrañable epílogo a estos dos Colosos que tanto nos han hecho disfrutar y se despiden con estilo y sin mirar atrás.

Es una película ochentera, con todo lo malo de esta (tóxica) década (para el cine), sobresaliendo una grimante (igual entonces no lo fue) banda sonora tecno, sintiéndome muy identificado con Leon B. Little (gran roba-escenas Eli Wallach) cuando destroza un radiocasete con su escopeta (aunque se salva de la quema Glenn Miller y Bing Crosby entonando "Don't Get Around Much Anymore" de Duke Ellington), también es muy kitsch la vestimenta de la gente visto hoy día, ejemplo son esas mayas de gimnasia.

La película marca sus líneas en sus primeros minutos, con unos créditos iniciales adornados por el tema de Burt Bacharach interpretado por Kenny Rogers "They Don't Make 'Em Like They Solian To" (nominada para un Globo de Oro), tras lo que vemos recortes de periódicos enmarcados con el intento de roboa a un tren que Burt Lancaster descuelga de la celda, en la que también está Kirk Douglas, este hace ejercicios de pesas, demostrando su fuerte carácter físico, los dos ya en la calle se enfrentan de modo despreocupado (¿?) a un desconocido (Leon B. Little) miope que les dispara con ansias de matarlos, demostrando el aire trivial del film, así como la personalidad gélida ante el peligro de los dos. La primera mitad se adentra en mostrar el enfrentamiento del binomio al ‘nuevo mundo’. Pero esto dejando contrastes entre ambos, donde Kirk Douglas como Archie se nota más autoparódico, más enérgico, más mujeriego, más suelto y en sintonía con esta década, el que se guarda a su papel (que sea una producción de su compañía puede tener la culpa) los mejores momentos de risas, con el gag en el bar gay (homofobia?), la escena en el gimnasio unisex en el que una joven sexy queda prendada ipso facto del vigoroso Kirk, y mantienen una relación basada el sexo obsesivo liderado por ella, el mencionado gag de la pasarela estrafalaria, la escena de baile en la disco con los Red Hot Chili Peppers ("Set It Straight"), su carácter contestario sale a flote en sus dos empleos cara a público;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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