Flojísima comedieta mezcla de aventuras y espionaje con protagonista adolescente ambientada a finales de la Guerra Fría con todos los estereotipos posibles del cine comercial americano de la época. Una americanada de manual para todos los públicos.

El único interés en verla radica en contar con uno de los primeros papeles protagonistas de Linda Fiorentino, quien ya apuntaba maneras de mujer fatal con un personaje de carácter seductor al tiempo que distante e independiente marca de la casa.

Anthony Edwards es lo mejor del film. Clava su papel y hasta resulta convincente en una película que provoca sonrojo. No la recomiendo en absoluto más allá de a adoradores incondicionales de la diosa Linda Fiorentino.