Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Paco Silva:
8
Aventuras. Drama Brian Fitzgerald "Fitzcarraldo", un excéntrico y megalómano hombre de negocios obsesionado con la ópera, ha ido perdiendo su prestigio y su fortuna en absurdas empresas sin futuro. Su último proyecto consiste en construir un teatro de ópera en un poblado peruano a orillas del Amazonas; para conseguir el capital necesario para financiar tan magna empresa se dedica al comercio del caucho. Su extravagante plan exige sacar del río un gran ... [+]
28 de septiembre de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacia el final del audiocomentario que acompaña al blu-ray del BFI, Werner Herzog comenta, después de hablar largo y tendido sobre las constantes tensiones y peleas con Klaus Kinski durante el rodaje, que en cierto momento dejó de percibir al actor tras el personaje y empezó a proyectarse a él mismo en su lugar. "Aquí el personaje soy yo". Es una metáfora apta para una película como 'Fitzcarraldo', en la que el protagonista titular y su director comparten la misma obsesión por adentrarse en lo desconocido y salir triunfantes.

No se entiende la escala del film sin esa dinámica, porque el propio Herzog señala que, ante todo, esta es una historia sobre sueños y soñadores. Este aspecto resulta un tanto incómodo cuando Carlos Fitzcarrald, la persona real que inspiró los eventos del film, obligó a los nativos indígenas a trabajar para él. Herzog parece exponer cierta crítica al colonialismo en su film, pero no pone en cuestión la moralidad de Fitz en ningún momento. Esto es reseñable teniendo en cuenta que Herzog también dirigió 'Aguirre, la cólera de Dios', una película que sí es crítica con los conquistadores de América.

Obviando ese aspecto, 'Fitzcarraldo' consigue lo que se propone su director: crear una película operística que no escapará de la memoria colectiva cinéfila. 40 años después, el film sigue sorprendiendo por su realismo extremo, algo que sería inconcebible en casi cualquier contexto dentro de la industria cinematográfica actual. Hollywood parece haber vuelto al viejo sistema de estudio, solo que en lugar de decorados, cuentan con pantallas verdes. Y en cuanto al resto de industrias, solo hay que echar un vistazo a la programación de Cannes para comprobar que la grandiosidad está en lo conceptual.

Herzog siguió los pasos de Francis Ford Coppola y su 'Apocalypse Now', aunque su aproximación fue totalmente distinta. La narrativa de 'Fitzcarraldo' es directa y simple. No hay subtramas ni muchos personajes, solo un objetivo principal. No hay pistolas de Chejov. Cuando surge un problema en una escena, se busca la solución en la siguiente. A pesar del carácter épico de la cinta, la única música que escuchamos es diegética. Nunca se subrayan las emociones que debe sentir el espectador, porque el director confía en él para que sume 1+1. El personaje de Fritz no tiene otro rival que la naturaleza y la lógica. Siempre resulta carismático y está bien trazado con pocas pinceladas.

'Fitzcarraldo' es a la vez una historia hecha por y para soñadores e idealistas y se puede resumir con uno de los monólogos finales de su protagonista. En él, Kinski cuenta la historia del primer explorador que se adentró hasta la zona de las cataratas del Niágara, al que nadie creyó. ¿Dónde estaba la prueba? "La prueba es que lo he visto con mis ojos". En este caso, Herzog capturó su hazaña en celuloide para la posteridad, buscando inspirar a generaciones de espectadores. El film también hace obvio que este tipo de empresas necesitan mucha labor humana y que la persona que se lleva el mérito es el ideólogo, aunque no reflexiona sobre el tema. Se pueden señalar contradicciones, pero no se puede negar la ambición de un proyecto inaudito y que posiblemente no se volverá a replicar en la historia del cine. Esperemos que futuros directores se inspiren en Herzog para perseguir su particular ballena blanca.
Paco Silva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow