Remake del clásico de culto Hellraiser (Clive Barker, 1987), que adapta la historia homónima del propio Barker, y que cuenta con la dirección del responsable de títulos como The Night House (2020), y un reparto formado por nombres como Odessa A'zion (The Inhabitant, 2022), o Goran Visnjic (Elektra, 2005), además de Jamie Clayton (The Neon Demon, 2016), reemplazando a Dough Bradley (Camino Sangriento 5, 2012), como Pinhead.

Una joven debe enfrentarse a las fuerzas sádicas y sobrenaturales que hay detrás de una enigmática caja rompecabezas responsable de la desaparición de su hermano.

La película se diferencia enormemente de la entrega original por un tono mucho menos sucio que esta, y si bien también tenemos el característico gore de la franquicia, junto muchos personajes en común, en muchos casos parece que estemos viendo una película ajena al Hellraiser al que estamos acostumbrados, algo que no necesariamente es negativo teniendo en cuenta el progresivo declive de la saga. Las muertes y escenas sangrientas están bastante conseguidas, aunque quizá un poco más de contundencia en este aspecto no hubiera venido mal, y los efectos prácticos y digitales, junto al excelente diseño de los cenobitas, resulta de lo mejor de la propuesta. Las actuaciones cumplen, destacando una Odessa A'zion en estado de gracia, y el Pinhead de Jamie Clayton cumple, aunque se echa en falta el mítico Dough Bradley.

Esta nueva versión de Hellraiser es, después de la entrega original, lo mejor de esta popular saga, y aunque con algunos defectos donde destaca un tono demasiado limpio para la saga que estamos tratando, es una nueva versión a la que merece la pena dar una oportunidad.

Nota personal 6/10